"Hoy ya es demasiado pronto para echar a correr.
Hemos envuelto aquella niebla en nuestra niebla,
copal de luz sincrética entre las medias caladas de nuestra inocencia
caminante de vértigo azul que se adueña
de estos senderos tendidos a mano alzada
-nunca oída-
y tinta
-lugar donde florecen los otros yoes-".
Fue entonces cuando tu cara
se pegó a mi vientre
y desde lo más ígneo de mi espejo de zorzal
emití un acuerdo con mi rebeldía feminoide,
abarcando tu cuerpo con estos fonemas en flor.
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