Todos los hombres rezando
por la perpetuidad de la noche sabatina.
Todas sus mujeres repiten aquel acto
a ojo cerrado y entrepierna abierta.
No hay dios sin necesidad
y la única religión existente
son dos bocas que nacen
para hallarse, quererse
y sostenerse en pie en lo que el mundo da otra vuelta.
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