lunes, 5 de julio de 2010

Parálisis

Junté los pies para caminar despacio
el sendero blanco de vidrios dispersos.
Así, me dije, la herida sería una sola.
Como una rajada en la cola de una sirena.

En vano libré la batalla
capítulo 1, me arrastro en una arena falsa;
capítulo 2, anegué mis teorías;
capítulo 3, compré otras apócrifas;
capítulo 4, regalé el azul de la inocencia en tiempos de mares ignotos;
capítulo 5, la herida se repartió entre mis dos piernas.

Éste es el génesis de mi sexo
bienaventurados los que hoy asisten al evangelio de mis días.

1 comentario:

Javier F. Noya dijo...

Alabada seas, mujer con sexo, es decir, mujer completa. Amén. Besos.