Cantemos alhambras
sin saber si están bien escritas o qué significan
en estos días extraños.
Besemos muros hasta parirlos huecos,
pensemos una y otra vez
la forma indebida de hacer el amor
con poesía.
Alegremos nuestras mesas,
huyamos del estertor de la soledad
el qué dirán de nuestras conciencias,
la burla de nuestros pasados hasta ayer
inmunes.
Reunamos nuestros pies
alrededor del círculo y la espiral.
Corramos el riesgo de sentir el vértigo de vivir soñando.
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