El medio oeste ya no existe
en su lugar quedaron
las naves vacías
de un embrionario planeta
más inteligente
y más magro.
Se erosionó aquel minifilm que yo tenía
de mi niñez
el olor de la tierra
de mis montes achatados por el desierto
la lluvia que no mojó mi lengua
porque salía de los ojos.
En esta fotografía puedo observar
que sólo quedan sonidos sintéticos
algo así como un bótox para la memoria
que se resiste a ser el presente pasado de San Agustín.
E insisto, el medio oeste ya no existe
porque en su lugar quedaron
las naves vacías
de un embrionario planeta
más inteligente
y más magro.
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