Somos una caravana
en busca de la sonrisa perpetua.
Así seamos dos o tres
(lo digo por nuestros alteregos
siempre dispuestos a aparecer
en primera plana)
el convoy está completo.
Hay algo en el viento
capaz de hacernos creer
mares azul turquesa
bajo nuestros pies flotantes
en las gasas de sus vestidos vistos
desde el abrazo tierno
del technicolor.
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