Se acabaron los frutos del sauce
hoy la niebla juega a hacer mujer a mis pestañas
y un ligero oleaje azul
disipa la memoria funesta
de este dieciséis brincado por arte de magia:
apenas este día comprendí
que ya no soy cuestión de suerte.
Un amor y un rechazo
se colaron entre mis costillas
he sido la perdedora triunfal
de un año sin luz y sin rey.
Hoy sé
que hasta el siempre
tiene límites.
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