Un ojo, la mitad de tu nariz.
Dos de tres dientes
y un par de dedos
es lo que tengo para mí.
Todo a medias cuando te veo
esas líneas virtuales que tanto torturan:
te obligan a imaginar
te empujan a soñar
te enseñan a no amar.
Una ceja, la mitad de mi boca
cinco dedos y el alma en un hilo…
Así me tienes, desde enero veinticinco.
Así nos pusieron,
sepa Dios por qué.
lunes, 19 de noviembre de 2007
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