lunes, 12 de mayo de 2014

Besopotamia

Beso la luz transformada en tu cuerpo
su espeso y dulce volar de pájaros apareándose
bajo la dermis que a tu osamenta le canta.

Beso cuneiforme de piedra saturnina y espacio oval
por donde pierdo mi vida y la recuerdo,
un lumen transido de rituales risueños
evocando la risa niña de tu boca.

Beso la flor de paraíso interminable
y su playa intermitente y su bosque tupido.

Beso las civilizaciones antiguas contenidas
en un cuarto de aceite de amor tuyo fluyendo
en vital explosión amante.

Beso de cuna y de buenas noches,
de morada abierta a los amaneceres pardos de deseo y ternura.

Beso de lunes repetido hasta ser viernes o jueves o quince.

Besopotamia.

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