sábado, 24 de mayo de 2014

Autobús, 22:45

Me falta tu axila para la lluvia de mayo
y la enorme valentía de tu nariz
para combatir de frente las hojas marchitas del mundo, 

y adónde permaneces, sagrado mío
voz que me da de beber y me acuesta
sobre un puñado de rosas. 

Me falta la luz de tu beso quinqué para ser mujer
y la ancha espalda para cubrir mi soberbia
mi gloria finita
y llenarme de un amor tan grande 
que al principio dolió de tan fuerte que llegaba
y ahora duele porque se queda a mitad de nuestra casa
esperando otra vez tu venida o la mía
en este ancho mundo. 

No hay comentarios: