viernes, 30 de mayo de 2014

Cierra por siempre el embrujo
de ser noticia lejana para mí misma,
alquílame un submarino púrpura
y te contaré cómo aguanté sin respirar
bajo el agua de la espera por tu río. 

Hoy quiero que seas eterno,
hoy te amanezco en algún lunar
para que me portes radiante. 

Abre estos ojos detrás de los ojos
y mírame, tómame, luego bésame: 

nunca podré decir amor si no está tu rostro
cincelando el rostro mío,
nunca instalaré un sólo latido 
que no sea para tu corazón. 
Al espejo le digo
que gracias, otra realidad posible
ya se instaló en mi entrepierna
y más bien busca tu rastro
y ciegamente a tu cuerpo me lleva

limpia, puta, callejera de cuatro paredes,
extravagancia de delfín callado 
bajo los siete mares de Neptuno. 

Ven aquí y culmina el éxodo de mis piernas. 
Ven a mí y cierra en tu puño 
toda la savia de amor que derramo 
esta mañana. 

[Y la mañana es un siempre en el corazón]
Ámame de sol de mayo
y vuela sobre un ave de metal
que lleve consigo de nuestro beso.

De café tengo impregnada la mañana
y sólo por verte llevo en la falda
monocordios y binoculares para oírte el alma
tan profunda como siempre,

acercándose a esta tierra.
Ardiente y trémula
aguardo con demasiado sueño
y en vigilia
porque quiero que atestigües 
el frenesí del páramo
cantando al fin
amor y misericordia. 

Como naipes con besos en la boca
te espero, reina de un sólo corazón
multiplicado en la ignorancia gente
para volverla, con tu risa, un habitable mundo.


Pero es en el dorso de tu mano 
donde habitan heliotropos y jazmines
y también un sueño mío 
de correr el mundo por las venas de los árboles
anudada a ti en el agua cósmica y la cama. 


jueves, 29 de mayo de 2014

Adornaré tu boca con las flores provenientes
de tu Ciudad Corazón.

Y los muros del cielo y el aire impregnaré
del olor tibio a vida y combate
sobre el lecho divino de las estrellas.

Égloga y canto terrestre en siglo XXI y atemporal

Esconde tu grano de lluvia en mí, 
niño de junio resplandeciente. 
Dame tu trébol, tu árbol de mano y flor
tu hoja perennemente verde 
a la magnitud de los soldados divinos 
que todo lo contemplan y meditan
y también todo lo dan. 

Álzame a la nube pura, di que sí,
bárreme con una mirada tuya 
de la superficie escandalosa de la inmisericordia
con la que a veces me voy a dormir
y no soy agradecida por latirte dentro de mí
y a cambio llorar la pena ajena 
de una rabia perra que poco sabe del amor verdadero. 

Tuyo es mi reino
tu yo es mi templo y mi canción redimida. 

Que tu alma se trence a mi alma
como dos lenguas de fuego hablando el silencio.
Que tu campo de siembra dé siempre
conmigo 
y ser los dos un sólo mirlo al sol adorando. 

Ven y nace otra vez aquí, niño y hombre, 
ven para no morirme de mí ciegamente extrañándote
y también ven para venirme como ola pesada
de un jugo dulce como de mango. 
Ven siempre o mejor dicho, repósame contigo
canta invariablemente conmigo
súbete y luego bájate y luego expándete y luego aquiétate
como el rojo fluido de la vida. 

Que los santos y los esteros su oración inmutable
ante dios cantan,
que los elementos de esta tierra despiertan
y entre magentas pulcrísimos 
su corazón labran y admiran y ofrendan. 

Tira del tiempo y su materia al fin,
muchacho de las causas imposibles. 

O mejor no tires y navega, óyete dentro de mí
y a mí dentro de tu cuerpo ahíto 
de etílico lucero desprendido del Amor. 

Esconde tu grano de lluvia en mí, 
niño de junio resplandeciente. 



Para Ramón 
(como lo son todos los poemas desde noviembre 17 
y mucho antes de que él lo supiera).

Porque te amo. 

martes, 27 de mayo de 2014

No habría luna en fotografía
nunca una aurora boreal al cerrar los ojos
mientras me vuelves tuya.

Todo por el todo se complementa en tu nombre.

Bendito seas.
En el país donde las nubes son tierra
y al horizonte lo delimitan las frondas del mar
te entrego mi auto de amor y fe
y te pido perdón por los tres tiempos unidos 
en los que mi sombra te ha atacado. 

Te entrego lo que pude ser y al fin soy,
una mujer que se eleva de amor por ti
a punto de estrella y hoja verde. 
Pon tu grano y dame tu luz
que a mí me sobra agua
para tu ser de nuevo adorar
y en contemplación perpetua entregármele.

Ya respiro la luz sin la escafandra
ya la vida es ese sitio donde el mundo
navega sin herir.

Pon tu mano en mi pecho y búscame:
mi corazón es tu casa
y sus muros derribo
para que habite, expandida, tu esencia.

Hoy aprendí de ti que

Amar no es sólo combatir
sino dejar en reposo al cuerpo y su latido
para que el viento macere al corazón
y lo vuelva transparente e invisible
un desdoblamiento de amor por las cuatro esquina
bailando ya, desde siempre,
con el universo. 

Si al poeta del siglo XX 
en franca lucha le tocó demostrar 
la ira y la furia con la que su alma se elevaba
yo mujer he de replegarme 
y en suave música transitar 
por la ascensión de mi espíritu al tocarte. 

Tengo hambre de amor y no de rabia.

Cierro mi boca y mis ojos.
Vuelve a bailar dentro de mí, primavera de Córdoba. 

Toma, muerte, lo que hay aquí,
llévate la oscuridad que me agobia
y el atávico ensimismamiento que no ganará esta vez
porque yo amo a ese hombre.

Toma, vida, mi silencio amante,
mi transparencia de aire bendito
tomado de su etéreo manantial.

Soy la mujer que deja atrás la armadura
y los siglos de conocimiento mostrado
para agobio del mundo.

Soy la mujer liberada para hacer de sí
este corazón amante
la madre y la amiga y también la protectora.

Soy la mujer que aprende
la que cada día se enamora.

Soy la fruta que no se pudre porque su pulpa
cada día es probada por sus labios.

Soy la ventana al jardín y la playa
soy la curación y el ritual y el incienso
y ajena estoy a los vidrios de rascacielos
porque hoy, tomaste, muerte
la última llave que me encerraba.
No importan ya mis líneas,
los objetos entrecruzados que daban continente
al cuerpo sin amor que fui.

Soy tu corazón de mujer que a ti te entrego y te ama.

En artificial escenario no radicará
la prueba absoluta de mi amor
y cuanto proclame y asevere
no fundamenta mi intención de grabar contigo
la historia.

La historia al fin bendita para mí,
alma errante sin amor que ahora con tus besos
me sostienes y mi temor callas.

En el escenario de la vida he de darte mi corazón.
Es ahí, dulce edén de mi existencia
donde apuesto, entrego, me despojo y vendo
todo, todo
porque mi vida es verte radiante.
La marea es alta porque quiere que reine en ella.
Ven y mira junto a mí desde lo alto de sus formas
los lindes monstruosos de mi anterior vida 
y lo que me acorralaba.

Es la última batalla para renacer completa, Amor.

Más allá de la oscuridad, estaba escrito ya tu nombre
recuérdamelo, escribemelo, cántamelo. 

Y óyeme decirte Amor como la verdad más pura
el deseo más sublime de mi hoguera. 

Más allá de mis pasiones y las tuyas
está nuestro corazón.
Navega conmigo en él siempre. 

lunes, 26 de mayo de 2014

Toma mis formas
de placer y amor estoy construida
de una ternura que no calla
mi textura habla.

Y de ti soy bendita
y por tu agua yo corro de esquina a esquina
febril y magma
también un poquito atolondrada
demasiado sincera.

Toma mi vida sin etiquetas
su necedad de ser del vulgo
porque el reino eres tú y los otros no me importan.

Toma mi lunar en el antebrazo izquierdo
asimílame como portadora del cosmos
y una gota de dios dándote un beso.

Pégate a mi pulso, para eso fue creado mi pecho
baila con su risa loca:
mi corazón te ama.

Luego traspasa la información adicional
de las cosas que sé y no digo
de las notas curiosas al pie de mis pies
que de vergüenza omito
porque no alimentan ni palpitan
y tan sólo me exhiben.

Toma la seriedad de mis treinta
de buscar formalmente la libertad y la locura
debajo y sobre tu cuerpo
anudada al exilio del poema de aire más puro
ataviada de un baile cósmico sin fin
regulado con la temperatura de tus plantas
y mis pinturas por llegar
y también de mis canciones sin long play.

Toma mis pastillas de nada
mi bagavadghita y mi sombrero a cuadros inexistente
toma mi otro lado y luego el otro
y el otro:
yo también soy un prisma.

Repliégame en ti
vasalla de tu amor combatiendo con raíz de ternura y beso
y ya nada ni nadie
moverá las coordenadas del tiempo.

Voyeur y vidrio

1980,
no busques bajo las colillas
los filmes que aparentemente miras
en quietud solitaria
los almacenes de bombillas flacas y tenues
debiluchas como estos tiempos
de moneda resguardada por un imbécil
que atenta contra los perros.

No busques entre las hojas de Pere Ubu
los acetatos y la grabación de Janis
ad infinitum.

Te miro y no me escuchas y no hace falta
he subido tu montaña para dormir bajo tu ombligo
y soy la hembra no nacida que te aguarda
mitad loca y mitad santa

mirándote con ardor inocente
mientras tu sexo acaricias.

Un giro de cuello hacia la ventana
no ayudará a descifrarme
pasarán veintinueve días luz
de un dios al que le escribes un libro
serán las once y cincuenta y cincuenta años
son los que llegan y esperan
como un perfume de sándalo a la puerta
de tu azulácea casa.

Soy tu mujer y no estoy en el mundo
y nadie me aguarda
y tendré el nombre de mi padre
porque habré de padecer la importancia
de llamarse así
para que des conmigo, anudada en el vacío
de una casa solariega y callada
de una máscara de guerrero sin canto.

Cuando llegue a ti nada me hará falta
y sabré de nuevo a qué sabe nuestra estrella.

Hoy te escucho anotar la incandescencia de tu cuerpo
sobre la palma de la mano tierra.
Y te miro, extática
mi dios por el que vendré a buscar el sinsentido
mi cura para alargar las pestañas del tiempo.

sábado, 24 de mayo de 2014

Autobús, 22:45

Me falta tu axila para la lluvia de mayo
y la enorme valentía de tu nariz
para combatir de frente las hojas marchitas del mundo, 

y adónde permaneces, sagrado mío
voz que me da de beber y me acuesta
sobre un puñado de rosas. 

Me falta la luz de tu beso quinqué para ser mujer
y la ancha espalda para cubrir mi soberbia
mi gloria finita
y llenarme de un amor tan grande 
que al principio dolió de tan fuerte que llegaba
y ahora duele porque se queda a mitad de nuestra casa
esperando otra vez tu venida o la mía
en este ancho mundo. 

viernes, 23 de mayo de 2014

Pero esta noche tu cuerpo
en cenizas volvió la batalla de mi última vida
antes de ti
y con tu cuerpo se abrieron paso
los huracanes de ololiuhquis y jazmines
las madreselvas de licor de tu beso.

Beso fuerte, beso sereno
beso completo que desmancha
mi inquietud por las consecuencias innobles.

Fui mujer contigo y con ella di mi nombre
al último de los capítulos de mi condena.
Te pedí ser tu mujer esta noche
y llegaste con la voluptuosidad de los rubíes
de Darío
y también con el amor de los tiempos antiguos
valiente amor de peso valuado en esencia.

Esta noche, Amor, reconocí mi cuerpo
como la última parada de las vírgenes de la ciudad de dios
que creyendo en la inocencia fueron vencidas
hasta que hubo de llegar su sol de primavera.

Y llegaste, entero y tierno
intenso y señor del magma.

Llegaste con tu aroma de brillo lunar
con las palmas de perfume sexual ungidas
y una banderita blanca para arropar mi entrepierna.
A la cuna de almendra amarga
a la cuna de cianuro
llegaron las orquídeas y los lotos
los puertos de sol en flor maduros.

Tengo para tus ojos y tu alma
gotas de lluvia espesa con sabor a alegría,
tengo para tu diestra y tu carne
pasajes de almizcle y durazno.

Tengo, pues, para tu corazón tan alto
pezones de miel y una gruta negra aterciopelada.

Y musgos y tréboles en las faldas
péndulos de amor y nuez en el pecho.

Tengo lunas y uñas de sándalo para tu cuerpo
...y un puñado de versos por si hiciera falta...

jueves, 22 de mayo de 2014

Pero cuando los papeles se escriben
con la mágica amplitud de tu orgasmo 
calla el Sol, se detienen marasmos
y el cuerpo divino agita sus partes. 

Todas somos ellas
todas nos pertenecen
el aire y su dorso
la fruta y el fuego
la tierra y su carne
el agua y su bosque. 

Cuando abres tu puerta, Amor,
la vida se concatena
y los fragmentos vuelven a ser pieza pura
corazón tan santo y verdadero. 

Y cuando canto tu nombre
el centro de la Tierra me devuelve las flores
que nunca vi, nunca vi
ataviar mi país
ahora llamado con tu nombre.
Levanto al sol bajo tu dulce párpado
y comprendo que no hay floración sin tu semen
cavando en mi sexo con su lumbre de sándalo y sal.

Levanto al sol a la par de tu miembro 
y sé que nunca es una palabra hueca
vacía de sí como las mujeres que se empeñan
en mostrar beldad en vez de rito devocional. 

Levanto las horas y la alfombra de dios 
hasta elevarme con tu resplandor de niño de manos 
de leche caliente. 

Levanto mi cabello y te lo ofrendo
olvidando su voz en el lugar de este silencio amante. 

Levanto los ojos para mientras duermes enamorarte,
levanto hogueras torpes para almacenar el fuego que es nuestro. 


Te digo ámbar y se escucha retumbar
la raíz del alma con la que hemos escrito
la prudencia de estar locos.

Amor, hoy no sé qué luna es
y traigo demasiado material
para escribir los bordes del cielo:

una florecita lila
tu compás al caminar por la niebla

y esta amplitud de amor y de sexo puro
cotejando su pestaña con la víscera
su turgente piel de lagarto recién nacido
y dos o tres gotas de mar
que te quieren y se adhieren
de un amor que de intenso desmaya su cordura.

miércoles, 21 de mayo de 2014

Ábrete, cielo, axila
gruta de donde mana la quintaesencia
háblame, golondrina,
razón de la virtud en mi seno
en este siglo.

Acógeme y luego cántame
las nanas que perdí desde muy niña;
acaríciame el pubis y luego adéntrate
méceme en tu centro de lumbre y miel
reinvéntame una y otra vez hasta alcanzar
la gracia plena de quienes usan la voz para el amor
y la palabra para su testimonio.

Ábreme a este miércoles, Amor mío
retírame el espanto.
Agua de sándalo, dame de beber
agua de ópalo, dame tu querer
en incendiado mediodía vuelo
me resquebrajo, aúllo los lotos 
para que me bendigas y me fortifiques. 
 
Agua de cedro, acompáñame
agua de tu costilla, embriágame,

y hazme venirme en ti
así sea en el éter o en el espasmo
y en la acortada vida de los dioses
para que sea siempre tu voluntad ungida de la mía
la que erija tres soles sin desquicio alguno
o tal vez la locura entera
y la risa divina. 
Aquí voy, silencio,
ofrendada en mí para alcanzar tu santidad
y reciclarla en un mundo eterno
de todas las vías posibles para este Amor
tan raro algunas mañanas que no lo comprendo
tan necio que me escondo hablándole
tan imprescindible que a pesar de que no quiero escribir
digo pan y pienso en su cuerpo
y digo amor y pienso en sus manos.
Todos los papeles, su brújula
su encanto a la espera de la raíz de tu boca. 
Todas las imágenes, todos los santos
toda la lluvia y también una rosa encendida. 

Toda una misma ventana, la paroxística de la soledad
y tu leve ausencia.
Los trampolines solos, viejos, el acróbata infeliz
que perdió la tristeza tras haberse enamorado. 

Todo el linaje de esta estepa. 
Los corazones envueltos en notas de periódico
ataviados para la carnicería del siglo. 

Todas mis pieles, todas mis máscaras
todos los mismos ojos con que te he visto 
y declarado
que no hay valor axial ni teorema
posición, emoción, estrategia
árbol purpúreo o caléndula 
que pueda hacerme sentir 
todo el mundo de dios contenido en tu beso. 

lunes, 19 de mayo de 2014

En tus ojos buscaba el consuelo
y me topé con el ancla eterna
con la que al fin ha sido liberada mi alma.

Amor eterno, has llegado,
amor vívido, nunca te vayas.

Amor extranjero de mi sombra,
embriágame con tu lengua.

Amor de sol nacarado,
eternízame al enseñarme a amarte mejor
cada mañana.
No puedes dejar de combatir/
no quieres, no debes
y por eso las cuatro a-eme.

En tus brazos estoy para cuando la fuerza
cambie de dirección y te siente, yunque.

En tus labios estoy para cuando la palabra se quite
y queden fonemas de batalla.

No quiero que dejemos de combatir,
dos guerreros pueden más que un absurdo.
Más allá del miedo, segundo de terciopelo
están tus pies y los míos
sobre el papel de los dioses caminando.

Nadie nos objeta nada y eso es templo.
Nos debemos a ellos y por eso este amor tan blanco.

Tomamos tiza de estrellas y rompemos
el silencio desde los mares abatido
y con ebúrnea hambre lanzamos un grito
y nos amarilleamos de encendido sol
acurrucado en la primavera de nuestro universo.

Más allá del miedo, señor y niño
están los círculos polares ahítos de besos
su pacto de hielo resguardando nuestro amor
su esperanza de agua pura y azul
de vigilar que nuestra caricia plena se escuche
más allá de la carne, corazón

pues tú eres mi paz y mi patria
y más de una vez al unirme he sabido
que desde siempre fuiste mi casa
y mi cuerpo leña para tu hogar de luz.

Más allá de este poema, la no espera:
que la frente del enemigo sin amor se cubra
de asfalto y carretera la vida.

Tú y yo dormidos en una misma cama
en el manto cielo de algas marinas
renace el cuerpo nuestro y bebemos
la esperanza confirmada.
Ven y suelta la lluvia con las coplas del mar
ven y cántame la catedral y el perro pachón
la audacia del viento encallejonado y tu perfil
de risa de Venus y Neptuno a las nueve.

Toma el reverso de mis ojos,
estarán bailando aún sobre la plaza de mayo.


Puñado de miel y guitarra
plaza de mayo prometiendo 
inmarcesibles manos asiendo 
la ventura de un amor tan blanco
que hasta dios ha puesto su mirada. 
Tómame, amor
como se olvidan las fechas de batalla negra
y en los álbumes se colocan, en su lugar
las medias lunas de cuantos sus cuerpos latieron
de amor henchidos.

Tómame violeta y cállame
bésame y departe el cielo y la raíz de cada cosa.

Óyeme venir a ti a pesar del mundo
compréndeme aunque a mí se me olvide
el argumento de lo que no quiero pelear
ni ser ni guardar.

O precisamente porque desecho eso,
dame tu voto y ámame

porque a pesar del asfalto y su bofetada
creo en ti y te canto en lo inasible
y porque creo en dios a pesar de todo
tan pronto tomaste mi oscura vida.

Tú me haces resplandecer, Amor
tú transformas la energía en soles nuevos.
Toma la tiza, niño 
y raya la palabra no 
ríete en el nevado
o compra la luz desde la banca. 

Adherida a tu piel risueña estoy
y no temo a las ballenas negras
ni a Jonás renacido 
ni a la desventura. 

Temo acaso apagar tu alegría
y por eso vengo aquí 
y en vez de escribirte líneas tristes
me uno a la fiesta de tu cuerpo
y no lloro. 

Toma, amor mío, mi vida
y raya las palabras de luz 
sobre su página blanca.

Esperaría otro periplo si al final
en tus ojos contentos puedo verme,
y confiada en ti,
extiendo mi camino con tus flores

y te aguardo. 
Because I hear your love in my blood
and thunders can't spell this beauty.

I give you my way.

Show me the meaning of the best love
and I will appear perfum
beyond all sadness and fake sparks.
Desde la luz de un puerto que nunca ha sido
Mar errante hasta que encontró tu puerta,
te entrego todas las hojas en blanco
y las escritas en empapado amor,

te escribo Amor como a la hora de abrir los ojos
y describo mi realidad cuantificada
en besos luz para enamorarte siempre.

Desde la no presencia de mi cuerpo bajo el tuyo
te amo y te aguardo

y también te honro en el asombro
de mi carne floreciendo la vida con tu agua plena.
Memorial del oro himno de tus manos,
cadencia y rosa de los vientos anudadas
en el cenit de tu pelo bajo la luna.

Somos la plaza de mayo
y también los novios de Baviera
bailando la unión de dos coronas.

Aqueste sábado reías
como si el Sol para mis labios fuera permitido.


Tu huella es más que firmamento
o lumbre
árbol de esquina a esquina
escrito con la savia de tu mente.

Tu huella es mi pan y es ladera de mi sueño
húmedo o vívido,
laúd por donde transita mi historia:
un día es un día que es una flor recordada
para esperarme en ti,
amor de luna de plata.

jueves, 15 de mayo de 2014

Algo en mí
llamado anciana a punta de ser arrollada
pies hinchados
fila de banco.

La piedra lumbre para escuchar
algo en mí
llamado cajero
operación de nariz y chistes.

Algo así como todo este pueblo
mirando hacia el vestido larguísimo
que parece falda.

Y la señora que me recomienda
desodorante Maja.

Algo así como el señor del estacionamiento
y su gata pelusa sonriéndome al salir.

Algo así llamado Amor,
algo que ha venido de ti.
Has estado volando sobre este lugar
has trenzado con tu amor bonito
la canción de los membrillos.

Azul o selva,
orquídea de corazón de diamante.

En el siempre del siempre te aguardo aquí
y también te llamo flor
porque de tu beso, la semilla.
Ábrete, agua
como si fueras a renombrar la tierra
o dictaras otra vez la vida. 

No soy sino la que fui 
un mirlo esperando tu mediodía. 

Soy la que ves desde el umbral de tu calle roja
amplio tambor por el que me cuelas 
las fiestas de todos los tiempos. 

Ábrete, amor
como si un terremoto 
pero repletito de lluvia de caricias. 

Ábreme eterna
y así estaré segura de las horas divinas. 
Mi grandeza ocurrió 
el día que tu plantaste la luna 
bajo el ardiente amanecer
de una vida sin final. 

miércoles, 14 de mayo de 2014

Bailando y eterno,
así te quiero hoy y te querré siempre
mi barro divino por donde miré
no sé
las horas de todos los suelos
los pétalos de cada religión 
que en ti y en mí se anidaban. 

Ven a mí y baila,
hombre con ave pura en el hombro. 
Ven y después todos los pasos
o quizá ninguno 
porque, amado hombre,
la distancia se disuelve si me nombras
y es que todos los pasos del mismo baile
llevan a tu cuerpo. 

Bailando y sereno, 
contento, bailando. 


martes, 13 de mayo de 2014

Sobre las olas del desierto te amaré
sobre las guerras de los países
sobre la distancia material 
sobre el egoísmo de los que pueblan la tierra. 

Dame un gesto y saciaré tu alma. 
Dime un beso y construiré el más grande amor
sobre este siglo. 
En esta hora de la niebla
aquí, donde guarda reposo el frío,
combato las raíces en nombre de la primavera
e inmolo a ti, Amor Sacro,
cuanta batalla hayan mis ojos vivido.


But your sadness is my temple, too,
and your cavern will be full of my silent kisses.

If you cry, I'll make a pond for your tears.
If you don't want to stop sleeping,
I'll be singing a sky song for you.

My Love, If fhis life causes you pain
I will rewrite it for your words
and heaven and land will beating as one,

just like Lennon wanted.
Ésta es la lluvia de azúcar y sándalo
que guardo para los negros días.
Ésta es la alfombra de rosas y nardos
con las que cubro la superficie de los magros tiempos.
Ésta es la ropa que tiro al viento
hasta quedarme desnuda de mí, pero contigo.

Amor, no sé de otra consagración
santificada con la lealtad de mi señorío.

Éste es el amor que me inunda y me renace
y por tanto todo cuanto veas
su belleza y su silencio pausado
es tuyo.
Corona de besos,
templo de ámbar sereno:

Rodéame y elevémonos
hasta cubrir de nuevas leyes
el caos.

Dirígeme hacia la luz de tu imagen
y no precisaré mayor filme
que tu cuerpo latiendo vivo
desde el centro de la Tierra.
But the Sun is the only law
and the only way
for his warriors. 

But the Love is the answer
before the fake darkness. 

But your name is the only echo 
in this land of fools,
and I have no doubt 
that the wind sings because of your song. 

lunes, 12 de mayo de 2014

Dame tu fuego sostenido en la
tu boca de hombre y arena y héroe consagrado en dios Ra
dios sol.

Ábreme para colocarte en mí
hasta habitarme de profundos y seminales mares
latidos de frecuencia indestructible
miradas y verbos construidos especialmente para mí.

Cuídame la necia espalda y mi vientre,
llámame virtud aunque me veas llaga.

Que absuelta por la cantidad marina de amor por ti
quiero mirarme
y no regresar jamás
adonde habitan los ciegos de las grandes ideas.
Cuántas falanges de dios serían necesarias
o le harían falta a tu cuerpo y al mío
hasta conseguir la proximidad de la carne,
cuántas para remojar la piel en amoroso éter
y luego desaparecer el llanto y las córneas
en un beso y un lazo sexual más que ombligo o hilaza.

Lazo de sexuado amor amante y amado.

Ninguna por esta noche o quizás todas.
Ninguna por el fin de los tiempos o tal vez hasta la renovación de las tardes
su transfiguración en camiones o trenes o aviones
postales con chips teletransportadores
de buenas nuevas y buenas caricias y buenas piernas
y buena verga y niña buena.

Lo tuyo es venirte como asido por la luna de júpiter
cantando coplas de tu padre Mercurio.
Lo mío es esperarte renovadamente virgen
y recibir, en amoroso, épico encantamiento
la virtuosidad de tu tacto y tus falanges benditas.

Por eso creo que ninguna, Amor sereno de morena playa...

Cuántas falanges le daremos a dios para que ame al resto del mundo,
esa sería una cuestión nuestra
aunque un poquito soberbia.

Besopotamia

Beso la luz transformada en tu cuerpo
su espeso y dulce volar de pájaros apareándose
bajo la dermis que a tu osamenta le canta.

Beso cuneiforme de piedra saturnina y espacio oval
por donde pierdo mi vida y la recuerdo,
un lumen transido de rituales risueños
evocando la risa niña de tu boca.

Beso la flor de paraíso interminable
y su playa intermitente y su bosque tupido.

Beso las civilizaciones antiguas contenidas
en un cuarto de aceite de amor tuyo fluyendo
en vital explosión amante.

Beso de cuna y de buenas noches,
de morada abierta a los amaneceres pardos de deseo y ternura.

Beso de lunes repetido hasta ser viernes o jueves o quince.

Besopotamia.

Canto no. XI

Tu rostro que es abedul y ciprés
y un trozo de corteza dulce
y un poquito de savia azucarada.

Tu rostro que es cercanía de abetos
y promesa de sándalo y puma
y anarquía de nubes estivales.

Tu rostro que es la particularidad de la selva
y la generalidad de las catarinas.
Tu rostro que no olvida nunca nada
salvo el rencor de los países y las teorías.

De las mareas y la plástica encendida
hablando a merced de la hora en que nadie se comparte o tradita.

Tu rostro de alfombra de flores silvestres,
tu rostro, canción de niño orgulloso de su infancia.

Tu rostro de zafiros de seda lunar.
Tu rostro de presagio de invierno sin niebla.

Por sus pliegues de lunas y mantras solares,
yo canto y te busco en el silencio
palabras para conversar de ti con el viento
que es lo mismo que hablar y decir
la inmensidad y la dulzura
de la infinita cara que desborda su luz
en los negros mares por los que te mira mi alma.

viernes, 9 de mayo de 2014

Piropos...

Ese niño que veo yo,
ese, que al caminar deviene en dios.

Ese hombre que huelo yo
en su rastro de bestia y héroe
sobre la cama aturdida de las primeras no palabras
del tiempo de los dioses.

Ese espejo de tierra y cielo
por donde veo claramente la circunstancia divina...


Canto no. IX

Desliza por la tráquea las nuevas mariposas.
Árdeles, Amor
apresúrales para adelantar el día
cántales la lumbre de nuestros autos de fe
proclamados antes y después
del reposo ciego de las manos y el mundo
contenido en cada célula.

Desliza la sombra de tu almizcle, Amor,
vence la sobriedad de la madrugada,
acompaña al sol en su almíbar discreto a las seis,
llámame en llamarada limpia y pura
y más tarde benefíciame con la duda
de si soy estrella o elemento sagrado de un antiguo mar
o simplemente mujer reinventada por tu propio barro.

Desliza tu beso de fruta pagana y sagrada,
Amor,
dame la bendición de este día
bajo tu cuerpo.

Amanecer, 6:30 AM

Pero es que los pájaros
deberían estar hoy tejiendo
los ritmos del día tras de nos,
uniendo quizá la ventura y la no madrugada,
un registro táctil de soprano ascendida en ángel,
el viento estelar traído desde el sueño
hasta anclarnos en el amor
del muslo y el resto del cuerpo.



jueves, 8 de mayo de 2014

Manifiesto 2AM

Amo tu risa igual que a la berenjena de niña
o a la niña berenjena que no salió de su crisálida
hasta hoy que tu miel has vertido en mi copa.

Amo tu camisa
amo tus cornisas.

Amo las pestañas por donde exhalas
las escenas ardientes del meridiano donde
enterrado tienes a tu ombligo.

Amo tu boca seminal y tus dientes de verbo claro,
amo tu luna de ojos de venado
y sonrisa de claro de sol apenas y me abrazas.

Amo tu pluma fuente y tu nota sagrada
en el cenit de mi pubis depilado.

Amo el candor de tu propio danzón
esparcido sobre terrenos erigidos en colinas y llanos.

Los que antes eran míos
y desde hace meses te pertenecen eternos.

Amo tu respuesta invisible con tu mano creadora
tu músculo imperturbable e imparable
moviendo las hojas de plata del horrible tiempo.

Amo tu libertad en pugna por la de la nada.
Amo tus libros, amo los signos de tu blanca
imparable energía.

Ofrenda de mayo

Claveles y topacios
para el hombre que reinventa
los jardines donde antes
la acedia y el tormento.

Sus pies son ricos en gotas de cristal
zafiros de luna alta
por los bosques purpúreos de Saturno
y su propio Madrid.

Espejos.
Todo en sus manos son espejos.
Espejos que bailan y convocan
a la danza de los prismas.
Espejos para gobernarse y transformar
lo que en otros es negro y causa daño.

Con miel y barro me ha vencido.
Con plumas de aves de otro canto
mi cuerpo ha llenado.

Soy y no soy la misma,
río como siempreniña y a la vez
no tengo ya manera de relatar cuanto fui
un hielo de mar salado
roca erosionada por defecto del no paraíso.

Ángel de boca plantada en otrora agreste piso.

Claveles y pétalos de tiempo
para el hombre después del hombre,
su tierra mágica de polvo traslúcido
cantando montañas encarnadas en maíz y Europa.

Todo un mundo hecho a la forma de nuestro beso quiero.
Todo un lema y un himno sereno y feliz
para quien traduce al idioma del amor
mi alma.

miércoles, 7 de mayo de 2014

Por el ancho mar de la ciudad,
caldo de claxons y asfalto libre de tolerancia,
emergen los otros colores.

Son todos tuyos, Amor.
Provienen de ti y de tu proverbial mirada
tus manos salvaguardadas
de pirañas y rutina
y otros monstruos del trabajo.

Y también son las cuentas
de este sol prismático
su cadencia caleidoscópica a merced
de los peces en tierra
que aún creen en el beso total,

como nosotros.

martes, 6 de mayo de 2014

Que entre arena de amor yo te bese
y te perfume con ardor de viento y verbo
el alma.

Que un abrazo mío te rodee como espuma
a mitad de la forma de tu risa
granada sonora, naranja de sangre sagrada.

Que entre pétalos de loto te figure a ti
y a tu nombre yo le entregue
mi virtud y mi ansia plena
la fe adherida a tu corazón,

lluvia de amor parida entre cristales tibios
arcilla de amor pariendo amaneceres y sus noches.
Subsuelo teñido de verde,
ámbar entreverado en la salud de las flores. 

Tú eres todo lo que mi vientre concibe,
tú eres todo lo que mi alma proclama en su reinado. 

5

Desde aquí
las torres de los grandes idiotas
se vuelven terrones,
desde aquí se rompen los tratados
y las amnistías se engendran desde las amantes casas.

Desde aquí
los autos maravilla son las hojas
transportando la luz a quien las sepa tomar,
desde aquí se anulan las huellas de los hombres
que no supieron vencer a la hora de la entrega.

Desde aquí
la única protesta del viento
es la engendrada por los amantes amados,
su guerra de amor y caricias
el fuego nuevo a la puerta de sus labios.

Buenos días, Señor Mío,
Amor de todos los tiempos que yo dibujaba.
Desde nuestro universal beso te escribo,
Señor de las Mareas de Ámbar.

Desde nuestro corazón te proclamo
que el mundo inició
el día en que decidimos partir del plano
y nos elevamos en un solo corazón.

lunes, 5 de mayo de 2014

Lo siento por los aviones
sus quejidos huecos sin rabia ni lluvia. 
Lo siento por los países accidentados,
su inmensa torpeza para oler las flores. 
Lo siento por mis enemigos, 
tan invisibles ante mis ojos ahítos de perfume moreno. 

Estoy enamorada,
y es de aquí para el siempre de mis huesos. 

Vuelvan a marcar cuando ya no viva

La tarde, hoy

es un lugar común con alteros de ropa por doblar
para así las manos entretener
a falta del fuego de las tuyas
o el resplandor con el que hablan tus yemas.

La tarde, hoy,
es un mensaje encriptado en la botella
tapado con uno de tus corchos:
te amo, bello paisaje lunar
te amo, vencedor de sombras y países en guerra
(los míos que ahora ríen
después de la amnistía de mí).

La tarde, hoy,
es la prohibición de las lágrimas
y esperar a que pase el tren.

Y sólamente eso:

tengo un registro completo en la memoria,
ríos inabarcables que te piensan
y se asombran y enamoran
apenas un fruto de tu cuerpo se mueva entre mis ramas.

La tarde, hoy,
me pesa como el resto de las tardes
en que hay demasiado olor a guayaba y té verde
y no puedo alcanzarte tu brazo hasta mí
las manos llenas de flores rojas
para tu nombre entero.
Amor terreno, tu brújula me ilumine
amor sereno, tu boca me inspire palabras buenas
y silencios sabios
amor sireno, mi cola de pez te demuestre la vida plena
de mis mares y mis sueños en tierra
amor eterno, tus ojos conectados a mi corazón.
Nunca en mi vida tanto 
por eso los ríos, 
este desconsuelo de intensa primavera. 

A mi señor y señora les pido
la sabiduría para amarte, amor alado,
y entregarme a ti sin fin y sin medida
teniendo en claro que es por ti 
el milagro de la resurrección de esta vida
este latido que me hace probar los días de mujer
tendiendo puentes y oraciones
para ser digna tuya siempre,

mi hombre bendito. 

Instantánea de mayo

Estabas vuelto crisálida,
cara de niño enmarcada por la sábana
y la luz que no se atrevía a pasar
porque en tu reino sobraba la noche.

Te recuerdo así, en la hora más dura
cuando el sol no comprende y resquebraja el suelo,

mi niño risueño jugando y durmiendo
con la palabra sí a todo cuanto su niña le pida o llore.

Crisálida mía, crisálida de mis ojos.

Estela (ii)

Sin llanto las flores sus obsequios
el río de las aves
la promesa de la lluvia
se incrustan en el alma igual 
que tu amor en mí, 
señor de las cuatro esquinas del universo. 

Dibújame la esperanza en tu risa, Amor
y yo moveré todas las tristezas que emergen 
cuando te separas de mi mundo. 

Fragmento de estela (códice del amor)

Y eras la luz del fuego nuevo
tu boca abriéndose a mi fruta
tu lengua tocando marciales cantos
para una batalla de dientes incrustados,
joyas para una mujer devenida en diosa por tu fuerza.


Manifiesto del amor

Puede ser que por tu río salado,
hombre,
esté yo hilvanando canciones con mi pubis
y puede ser que también,
vida pura,
por tu sexo yo reviva cada instante
de tu puerta negra abiertísima sobre la mía,
boca y ojo unidos en fuego,
salud de los humildes que no piden nada
excepto llorar la partida y añorar el regreso
un día de montañas y mares envueltos en sábanas
truenos y diluvios resguardados en nuestros cuerpos unidos.

Es cierto, lo es y del todo.

Tan cierto como que también
te hilvano canciones de amor y tres orquídeas
para cada tiempo del mundo apenas abras tus ojos.

Tan cierto como que espero la lluvia de tu verbo
para sentir que en mí renace la esencia libre de las cosas.

Tan cierto, pues, como que no quiero otro momento ni gloria
que permanecer contigo abrazada
mirando fijamente el todo y la nada
en el continente de nuestra alma, el cuerpo que ondula
bajo la canción parida por nuestros labios.

Tan cierto como que prefiero vivir muy lejos
antes que dejar de vivir en tu corazón.


Carta para el hombre que amo

Conozco el invierno en primavera,
amor
y son olas de polvo
mareas de silencios torpes
como cuando se era joven y las horas se dedicaban a las moscas
a los truenos que removían
el futuro vacío de flores.

Le podría abrir de nuevo la puerta,
vida mía.
Decirle que aquí están
mi cuerpo ausente de tu cuerpo
y mis cuerdas rotas porque ya no cabe ningún grito.

Y sin embargo la fe de tu luz.
Y sobre todo la inmensidad de tu beso perfecto
aroma de mar cuando no estás frente a frente
almíbar si me tocas antes de la aurora
esperanza de sal y frutas cada noche blanca.

No pienses en el frío,
no rindas nuestro juramento
a las horas magras de la distancia.
No te rindas, mi cielo.
No te arrodilles ante un absurdo,

pues cierto es que es preferible
amar sin tocarse a diario
que coexistir con el odio de los que se dicen amantes
y no lo son
no, desde que tú y yo

componemos la nota de oro del universo.