Ya no quiero contar autos
brincando aceras.
Ya no quiero maltratar al silencio
ni deseo adherirme
a los manifestantes de la quintaesencia.
Un dos tres por mí
y por todos los raros
que prefirieron quemar las naves
antes de volar bajo y comer rapiña.
Cubriré de jazmines tus ropas
oh, tú, mujer voluptuosa, ternura en los labios,
madre tierra.
Volaré el fotorama feliz de mi infancia
oh, tú, hombre extendido,
padre cielo.
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