jueves, 2 de septiembre de 2010

Diario de una ambiciosa

Arribar cuando a uno le plazca.
Desmembrar una estrellita underground a la hora de la cena.
Adoptar el fruto de la historia con la entrepierna.
Mirar dos caminos sin bifurcarse una la gloria.
Besar a deseo y a ternura por su nombre.

Las cinco puntas zen de mi loto ya son poco.
Yo quiero más.
Látigo sideral.
Yo quiero más,
refugio del sol.

Más. Más. Más.

La negrura de selva urbana que te avanza el labio en mi diario sin candado.
Tu olvido vuelto esclavo y lazarillo de mi ceguera.
Tu abrazo de salmón en mi vestido de bolas café.
Un rizo tuyo entre los míos y en mi ropa recién lavada, un día cualquiera.
Tu cuerpo en mi alacena
o tu derrota dentro de mi alcancía sui géneris, volcánica, total.

Bien dicen que querer no cuesta nada.

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