sábado, 26 de junio de 2010

Samba

Estoy deshojándome los ayeres
una trompeta de complejo urbano y gris viene a mí
para platicarme la hazaña.

Todo es tan ochenta y cinco.
Probablemente sea también ochenta y nueve.
Y otros veinte años más
de idénticas líneas:
sonreír temiendo que se quiebre el vaso
en el clímax de la alegría.

Una samba acompaña mi legión
somos varios, entre pensamientos abstractos
meriendas en soledad
noches cantando al muro.

Todo lo pequeño que guardé de niña
se hace grande para alusarme:
estoy en paz,
te has ido, golpe de corazón,
infinitamente invierno,
absurdamente azul.

Mi legión y yo nos vamos de gira por el blanco
tenemos reservaciones en cinco estrellas
y fecha abierta
para no girar las espaldas.

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