jueves, 24 de julio de 2014

Matraz

La base de tu cuerpo elevada a su potencia divina,
este gramo de oro hombre viajando
hasta disolverse en su hembra.

Encontraré la fórmula exacta
para describir todos tus besos
pupila de hoyo negro 
piel de vía láctea enaltecida. 

Alquímedes murió entre los suyos
te mira y te aguarda
para devolverle a los cuerpos amantes
la proximidad con dios
en la sublimación de un beso dentado.

Estás aquí, científico,
ven, siéntate a mi lado.

Pero preferiste verter la redención
y ahora es este cuerpo
hablándote de estrellas
y dos o tres playas con rock y flamingos.

Non omnis moriar.

Un grito de amor inunda a Erlenmeyer y su balanza.

No hay comentarios: