jueves, 19 de junio de 2014

Esta carga como rayo fulminante
de todas las guerras victorioso y justo
Esta palma rehaciendo el mundo
fuego nuevo bajo los pies
de caricia de agua recién talada.

Esta nave de fuerza izada
ataviada de besos y un sólo latir.

Era de noche y nos bendijo de sexo a cuerpo
y de cuerpo a un mar de alma unificada.

Entró junto a ti a mi casa
Y mi casa se volvió tu espada roja.

Como un árbol de hojas en lumbre que no se acaba
así el Amor que nos dirige.

No hay comentarios: