lunes, 30 de junio de 2014

Profundo azul nocturno, azul de Dios
contrapuesto al oro de nuestro rostro
rostro hundido en la sal de nuestro silencio
rostro expuesto en la sabiduría del gemido.

Un beso puede acercar el perfume
del sándalo y la canela
pero es un Beso lo que aterra a los fantasmas
excluye demonios y glorifica los parques.

Un Beso es la confirmación de la vida cercana
a la costumbre de ser uno sólo
en el éter, ya sin limbo que nos roce.

I

Hoy la música de las estrellas
sella en tu lengua y en la mía
la fe en nuestros cuerpos guiados
por esta fusionada alma.

Hoy la música de las estrellas
será oída por Byron
y también por tu piel y la mía,
Amado mío que vives dentro de mí.

domingo, 29 de junio de 2014

Cera ardiente, rubí líquido por mi vientre
habla
Lazo de sol, ala de Prometeo,
Pasión del violinista de tu dermis
penétrame
Hora de Zeus en la memoria de mi vulva
embriágame.

Y húyeme del atroz mundo fusionada
una eternidad divina a ti.

Para que con tu falo y tu garganta poseída
me des el cielo abierto y su fuego sereno
su paraíso encendido
por los siglos de los siglos.

Así es.

viernes, 27 de junio de 2014

Todos los especieros las cajitas de la música
las adaptadas como cajas para astros
y las cintas de los zapatos volviéndose de plata.
Todas las gotas del agua perfumada
de cada sábado de tu madre y tú jugando
a la purificación de las telas.
Todos los perfumes y los lápices con los que trazas
las muecas de mujer y los sueños de la niña
que vivió pendiente de ti por ver
si algún día alguien te abrazaba
con el inmenso amor con el que te abraza tu hombre;
por ver si eras feliz al fin
y si tu risa obedecía ya al pulso de las estrellas.

Todo está en orden, bella.
Es su amor lo que a ti te reivindica.
El primer beso es la puerta del cielo
tocando el alma. 
Es rabia sublimada que no se vence
voluntad de sol y luna 
para nombrar sin un nombre al amor 
entre las capas sonoras del tiempo. 

Yo a tu beso lo esperé la eternidad y un día, 
Yo a tu saliva la creo 
como el agua de tu alma ofrecida a mi,
a mi esencia a ella unida.
Hemos hundido los cuerpos 
para resurgir en el único tiempo 
de los frutos de la primera flor sobre la cuerda. 

Besaste mi alma, Cielo Nuevo y Antiguo 
Templo de Bizancio y Moneda de Viento Universal
con los pliegues osculares del dios 
cuyo prana ha dejado en tu boca, 
invencible, indestructible para mí,
la reserva porque habríamos de encontrarnos. 

Y he aquí que nos hallamos 
en el beso más sublime 
de todos los besos de nuestro siempre. 

El primer beso contiene la magia inalienable
la fuerza suprema y la pureza. 

Somos dos ángeles besándonos entre los niños
la banca de invierno primaveral sin cobrarnos las espaldas. 
Somos las calles dormidas, cómplices de madrugada
de este amor nacido para oír las estrellas. 
Eres el afeite y la dulzura del aire
la plata de la luna que nos ama. 
Soy el inmenso amor que unilateralmente tomas
y que unilateralmente entrego a tu boca. 

El primer beso es la repetición del latido divino. 

Llegaste esta noche otra vez y también es jueves. 
Me besaste por sublimada primera vez. 
Y simplemente vengo aquí a escribirlo. 

jueves, 26 de junio de 2014

Alza tu cuerpo, amado
que el cielo y la tierra te cubran de flores.

Sé de un corazón inerme
que su vida renovó a pesar de los volcanes.
Sé de la piedra ígnea que te converge
igual que la sal y la miel cayendo
como gracia para el edén
en la inmortal primavera.

Y sé de una piel dulcísima
suave como los pétalos de lirios y lotos
que a Arjuna su dios le envió
para que su guerra justa
nunca decline.

También sé de la saliva y los versos
con sabor a ola de mar
encallados en mi propia consciencia.

Divina o terrena, yo te bendigo.

Alza tu cuerpo, amor mío,
que la vida amada entre los dos
la eternidad nos entrega.

miércoles, 25 de junio de 2014

En lo más profundo de este mar
aguantan la risa y tu perfume
un florero para tu sexo de jazmín. 

No queda más que remar y nadar
aguardar con el corazón 
la lluvia feliz del amor que tengo. 

martes, 24 de junio de 2014

Me quedan todavía una noche sin final
y un día de eternidad perfumada.

Las gastaré contigo mientras respire.
Amar por la piel pero también
Con tus zapatos en mis pies
Y viceversa.
Amar porque es liberación y no condena
Amar porque es de sabios equivocarse
Pero es sagrado pedir y dar perdón.
Ganar porque ya fueron muchos años
Esperando un corazón así para darle en vez de robarle vida.
Cortejarse siempre como el primer día.
Amar los exabruptos que aguardan
La más dulce y sublime de las reconciliaciones.

Y porque te sé parte de mí y yo parte de tu vida
Te beso en tus cuatro esquinas
Y aguardo, como golondrina,
El calor de tu mapa celestial al amanecer.
Hasta que el Sol se muera
Te amaré como si de ello
Dependiera mi latido
Y el sentido de las horas
Y de las hojas en primavera.

Como un diamante azul
Escondido para los días de nevera
Aquí está mi corazón.
Como un loco girando el carrusel
así este corazón te anima
para que otra vez a mi ánima
le des oscular brillo.
Por hoy estoy agotada, Amor.
Regálame tu hombro libre
como una ola plateada lavando mi oído
hasta revivirlo entero.

Ya mañana de nuevo la risa.
Ya por fin el dolor de huesos
machacando demonios a otra parte.

Ya desde siempre tu reina vestida
de tus flores.
Tu perra sin sostén mostrándote la noche.
Tu compañera con una bici feliz
para ti, hombre de mil aristas amadas.
Palabras pequeñas
cajitas con segundos imperfectos
palabras eternas
matrioskas para tus cronopios y mis caleidoscopios.

El amor es un mensaje
rondando el retrete.

El amor es una novela a medias
relatada por su divino editor.

El amor es venir y escribir palabras sin hilo
como esta noche

donde nada más poético puedo decir
que un te amo rotundo.
Los violines del viento
mi rostro acurrucan en tu rostro.
Llevamos canciones para creer
para soñar en el sí
a pesar de las tazas de café mal leídas
y los cánones mal adaptados
a la idiosincrasia de lo nuestro.

Somos una alberca de agua caliente
varios viajes
uno sólo viaje cuerpo a cuerpo
un eterno viaje de dos almas llamadas
como una sóla sílaba.

También somos niños
y luego padres el uno del otro
y más tarde proxeneta y puta
y matrona y gigoló de mis muchos nombres.

La biblioteca de nuestro amor
sus posibles universos
son infinitos cuando me levantas la falda
y las ideas.

Luego mi corazón llega a ser levantado
y ahí estás tú, mi vida,
como dios y columna.

lunes, 23 de junio de 2014

Pero todo este fuego habrá de encendernos,
vida mía.
Amor, hoy traigo el va pensiero
entre la tráquea y la boca.

Hoy me purifiqué de los demonios compartidos
antes de regresar al paraíso.

Hemos dado un periplo al Amor
y aquí estamos.
Tú, más guerrero y dándose en amor al mundo,
yo, dándome a ti y luchando
por otros ojos en cada ser
hasta que mi cuerpo ya no respire.

domingo, 22 de junio de 2014

Amaneces abrazado a mí
tu sudor entero entregándose
a mis pechos y cintura
y no sé muy bien
si decirte que no requiero más
pues es la dosis divina
que errante, buscaba,

o si lamerte con la humedad de mis dedos
la ternura protectora de tus manos.

En ambos casos
eres ritual de tierra y sexo
y la aplicación de la ley divina
manifestándose plena en un beso etéreo.
Una urgencia no siempre es de piel
pero siempre de tu corazón ardiendo
lejano de la melancolía
sublime a pesar de la esquirla del viento.

Tengo urgencia de decirte
que te amé con entrega inmediata
como si el mar se me fuera a succionar por las venas
antes de los treinta años.

Tengo urgencia de decirte
que te amo con ubicuidad en la certeza
y la torpeza
y también en el acordeón de este tango
nomás escrito con rubíes líquidos
para tu alma.

Tengo más urgencia, mi Amor, de decirte
que te amaré con puntualidad inglesa
pero alejada de la costumbre
con disciplinada entrega perpetua
de una niña mujer que sus ojos
a tu mundo de asombro otorga.

Una urgencia es la liberación de nuestras almas
a partir de un beso sin raíz
pero siempre anclado en el universo.

16 de junio

En la tibia y llana ola
viajaste por un sueño azul
Ibis de mis ojos
soneto de amor de un tiempo divino.

Deja que flote tu cuerpo
como una mañana flotó mi alma
hacia tu beso.
Deja que nazca tu canción
como una bandera y un himno
a prueba de soliloquios lejanos.

En el agua pura instalaste
el ritual eterno para mis manos:
quiero mis palmas bajo tu espalda
quiero darte mi mapa personal
hasta que me lleves a pasear
por tu nuevo mapa latiendo.

Mis palmas como un signo inequívoco
para este amor.
Así le atravieses fuego o llanto
inquietud por los ojos mundanos.

En la tibia y llana agua
te escribí mi juramento:
soy tu cuna y tu útero
tu orgasmo sin fin y Madre Selva
tu nota en el refri
tus zapatos sin consciencia
tu cuerpo protegido
una caricia por la suavidad de tus parques.


Para Ramón Córdoba, por cumplir años 
a través de los ojos de esta niña anciana
con manos de inspiración ardiente. 

La hora

Es hora de penetrarme
palma con piel
una tela de Arabia traspasando
el sudor de tus poros.

Es hora de fecundar de dátiles mudos
dulcísimos
la imperiosa necesidad de llamarnos uno
o dios
o uno mismo sin serlo como antes.

Tómame como a los perfumes sauditas
sírvelos sobre tu pecho
como maple en transición al almizcle.

Tapa mis oídos:
yo quiero despojarme de los fantasmas del mundo.
Enrédame la boca con tu hálito sexual
y después rómpeme con tu ola
este rostro de yeso

rostro de reina por ti sedienta
rostro de niña con pezones erguidos
y la entrepierna muy abierta a tu cincel
rostro de cuerpo presente
arando en tu cuerpo la fantasía del fuego
instalado en nuestras mentes
rostro de mano insistente
invocando al supremo deseo
hasta ser éxtasis completo
y luego dejar de llamarnos amantes

Amor compartido
luz de ciudad inmensa navegando
por un único vientre.

Es hora de penetrarme
y no dejarme ir por los resquicios de una mañana
o una tarde sin tu voz.
Es hora de embestirme
y asirme contra tu pecho
en caso de incendio o impulso exórbita.
Es hora de señalarme los vestigios divinos
por los cuales yo te amo y lo haré siempre.
Es hora de desvestirme
insisto, es hora de penetrarme
y encontrar el destello anhelado
por tu corazón.

Es hora, Amor.

viernes, 20 de junio de 2014

Traía un dolor profundo, Amor
será que las acacias de pronto también lloran
y los pozos de agua son infinitos
mansos, de tan dolientes, dulcísimos.

Llevaba varias horas muertas de mí sin ti,
espacios donde no fue mía tu luz
hojas en blanco a tu espera
un largo camino sin llave
porque te habías mudado.

Conozco bien aunque no lo sepa
el camino de mi amor por ti,
una torre indestructible a prueba
de tu ámbar durmiendo bajo mi lengua
antes de ser pronunciado
gritado o escrito.

Lo anoto aquí antes de que arraigue penumbra
mareas, polvaredas
sismos sin orgasmos.

Ya de nuevo ocurrió el día.

Ya otra vez soy tu mujer
o es que nunca he dejado de serlo
y no podría
porque sin ti, el universo
es tan sólo papel de china
colgando hasta mojarse y volverse negro.

Ya de nuevo mi alegría
cantando himnos desde todos lados
porque el mundo es así
y tú y yo lo miramos con un beso libre.


jueves, 19 de junio de 2014

Esta carga como rayo fulminante
de todas las guerras victorioso y justo
Esta palma rehaciendo el mundo
fuego nuevo bajo los pies
de caricia de agua recién talada.

Esta nave de fuerza izada
ataviada de besos y un sólo latir.

Era de noche y nos bendijo de sexo a cuerpo
y de cuerpo a un mar de alma unificada.

Entró junto a ti a mi casa
Y mi casa se volvió tu espada roja.

Como un árbol de hojas en lumbre que no se acaba
así el Amor que nos dirige.
Oh my love
Never again
This unwritten voice
Never, its bittersweet sound.

We love the eternal part
Of our Mountain Light.
We lust for each other
And our pleasant is the magnificent heart
Its flamboyant lips sailing
Swiming, loving
In the joyful tear of god
Living forever in a poem
(You, me, This Desire)
Bringing the life under the same life.

Sentado junto a la montaña
muy adentro de la sierra
tus ojos de niño melancolía
tu barquito llamando a la inocencia.
Somos caraduras pero nunca olvidamos
ese olor a flores que tu cabeza rodean.
Lo habré de oler en ti a la tarde
reiré mañana a tus nuevos 56
si tú me miras con los ojos llenitos de amor futuro
amor de magia y fotos
amor de agua tibia lavando cicatrices.
Mi piel se ilumina si tus manos ríen.
Mi credo serás tú
cuando las bibliotecas se olviden
de mi Horacio y mi Virgilio.

Te amo, Hombre Pez Astronauta.

Toma mi corazón galáctico.

Feliz cumpleaños.






(Para Ramón en su 16 de junio)/

viernes, 13 de junio de 2014

Acercarme a ti y darte mi corazón jamás supuso miedo, sino la liberación de mi alma que por años y vidas estuvo esperando tu retorno, buscando bajo las piedras y entre los seres que no saben amar y mienten, sea el carnicero o tu lazo de sangre. Jamás temí revelarme ante ti como la mujer que necesita de tu presencia para entender el mecanismo de la vida. Para dejar de cuestionarla y por ende, de escribirle poemas de tristeza y vidrios en este sitio. No temí porque la verdad mi único temor era nunca haberte dado quien era, soy y seré. Temí (y temo, en todo caso) a la ausencia de tu espíritu vagando alrededor mío como spin o brisa marina.
El poema siempre serás tú, los dos haciéndonos el amor, hablándonos, sosteniéndonos, inspirándonos. Lo que aquí escriba son reproducciones a escala de nuestra unión.
Poesía eres tú, quería decirte. Pero eso que una señora ya me lo ganó hace casi ya un siglo...
Holanes para el amor,
niño pequeño, mi amigo de siempre,
mi infancia nueva, mi maestro zen,
mi hombre, mi espíritu rebelde
que a mi rebeldía en amor encausa. 

Mi compañero de luz y sombra
mi amor sagrado 
mi mística y mi fruta
mi gran amor de esta vida rara
mi único amor en verdad. 

Mi periódico de ti entrevistado
mi hermano brillante y bueno
mi iluminación y mi infierno 
mi tálamo de maravillas y aretes
mi cuerpo encendido a grandiosa escala. 

Te amo, pequeño oso polar
mi príncipe azul con el tono perfecto.
(Mi receptor de banalidades 
como pasteles de fruta y leche condesada). 

Mi inspiración eterna
mi diálogo en el lavadero y entre las carnes frías,
mi sombrero inexistente de maguito dominguero
mi país, mi propia compañía de luz eléctrica,
mi capitán y mi remo. 

Te amo. 
Hay mil y mejores maneras, sí,
de penetrar a este amor.
La vida resuelta sin cuestiones,
la sombra marchita dejando paso
a la luz de un alma brillante de caricias dadas
recibidas, compartidas.

Un telefonema de mente a mente
con las inscripciones del creo en ti
sin hacer aspavientos
-este poema, por ejemplo.
Tan sólo el anillo invisible de la permanencia
un silencio que no exige
una palabra, una danza de ojos, de labios,
de cuerdas vocales
listas todas para engendrar amor.

Si yo fuera en verdad diosa
seguramente daría a tu alma a diario
todas las virtudes de quien conscientemente
se entregó para siempre en un sí
renovado cada tantos segundos
-presente, presente sabio, presente apasionado,
presente dialogado, presente endulcorado,
presente escrito, presente tácito...
Una sabia mujer que no aprende sin jugar
sin romperse la raíz de su corazón
cada vez que a tu corazón sin querer lastima.

No lo soy.
Soy una humana que lee y sueña
una ex convicta del ego
que aún regresa por aquello
que tanto padecimiento le daba
pero al que se acostumbró en treinta años.
Un alma vieja de pronto por ti encendida
aprendiendo a amar desde la andadera
renovando su traje de amor de siglos
cuando te perdió la pista y su corazón
en el silencio oscuro de la noche quedó dormido.

Soy la mujer que no podrá volver a amar
a otro hombre como te ama.
Soy pues, tu humana. Y te amo.

Soy la pasión de dientes limados
y las fauces dulces de una loba.
Soy la humana emperatriz de los errores
que te deja su corona a cambio
de esos besos tan fulgurantes, de tu piel morena
tibia, dulcísima, tan mía, esencial para mi carne.

Perdón por intentar a veces que nuestro amor se escriba
como si de un documental de peces se tratara.

Nunca me dejes
siempre dame el beneficio de tu ámbar.

No tengo otra cosa
no quiero táctica de guerra como tantas
ni pretendo mostrar estrategia para tus manos en diez días
o diez años.

Soy yo, en negativo y en crudo,
la lagañosa, la recién lavada,
la de ojeras y mente cansada,
la que no sabe cocinar y se acongoja.

Siempre. O quizá no tanto.
Ya no lo sé.
Ahora siento.

Y siento que te amo más allá de mí
de la hora en la que te escribo aquí
de mis treinta y tantos y de mi edad final.
Tuyo es mi tiempo en todos los tiempos.
Tuyas son las cartas con las que me juego
las vísceras y el espíritu.

Así llegues con flores o con un caracol sin mar
porque tu día te fue cansado.

Soy yo, una humana,
te amo siempre.

Me renuevo y me bautizo en tu credo
siempre.
Creo en ti más que en mí
-y este secreto no me digas que te lo dije
y la palabra nosotros es
la que a mi corazón impulsa.

jueves, 12 de junio de 2014

Me reconozco hambrienta de ti
un fuego de luna queriendo explotarle a dios
y no me da vergüenza.

Frente a mí está la mujer
que a diario resuelve su voluntad
apenas si el tronco de un roble tumbas.

Dime por qué habría de ser de otra forma
si siendo un canto acortado por tu lluvia
las palabras crecen, se borran, florecen
se mueven, trafican, los cuerpos animan
al mismo fuego arrecian.

Me reconozco ávida de tu sexo mojándome
a mí, la incontenible mujer de agua,
la que se peina con tus yemas mientras la tomas
y luego enciende su cabello en la pira
de tu semen al alba.

Reconozco que hay mil veces mil palabras más
en mí que en ti
y que mi latido depende del tuyo
para saber oír al Gran Latido.

No llegan a mí desencanto ni enojo.
Alguno entre dos ha de mantener
la ecuanimidad aparente entre los días.

Simplemente me reconozco absuelta
por la inteligencia que antes me acusaba
de ser más fruta lumbar, más musa sacra
que resultado de materia gris
a eso de las veinte o nueve horas.

Ven, deseado mío,
esta noche me recuesto
y sé que tu cuerpo me falta.
Ven, amado mío,
que mi espalda cansada está
de sostenerse sin tin
en este viento de humedad sexuada
y la inmovilidad me pesa
como si jamás hubiera sabido
lo que era vivir erosionada y de pronto, la nada.

Ven, amor mío.
Ya sólo me quedan cuatro esquinas blancas
varias hojas, manos sabias
para adorarte de vientre y lumbre
siempre febril,
aunque a veces un poquito niña.
Detrás, sobre la parte nunca vista 
en las fotografías,
en lo profundo como casa de leñador
esperando el alba,
tu torso de hombre y de toro 
marcando la ruta negra 
por donde cabe un gemido 
y tal vez el universo. 

Pintada sombra de hombre rascacielo
tras de mí me aguarda tu mano suave
tu sabia falange 
tu sexo musitando la primera voz
del mundo: 

Soy el viento de los pobres y los poderosos
soy la luna negra que con su cuerno 
embiste a la princesa de llama triple
y de eucalipto su sangre perfuma.
Una y otra vez mi canto enfurecido
penetra al oído de su ola primigenia. 

Soy la lumbre que con su tierra juega
a liberar los tiempos y deidades 
hasta verlos caer de resplandeciente ardor
de inusitada ardiente magia. 

Soy la fauce que destroza la quietud
y devuelve su esencia en un grito. 
Soy la lluvia que riega las cosas de dios
cuando a él le da por convertir a mi mujer
en estrella. 

Soy columna y soy quien tira de ella
como la puerta animal que al abrirla
sucumben con ella las reglas menores del tiempo. 

Soy el clavo y soy el madero
soy la resurrección en tiempos de armarlo todo,

absolutamente todo,

iniciando por la parte trasera de su cuerpo
frutos inmensos que pueblan de miel
la lejanía. 

Soy un esclavo y soy un amo 
soy el converso insurrecto que cree 
si un grito ella entre mis venas crea. 

Soy un señor de maravillas cadenciosas
y también un animal dialogando 
con el ángel desollado por mis garras. 
Soy el dios y el serafín de oídos inmarcesibles
apaciguando el pecado de mi fiera. 
Soy el domador de su único circo, 
el dador de alimento para luego matarla 
de fiebre de mí, 
de mí. 

Detrás, sobre la parte nunca vista 
en las fotografías,
en lo profundo como casa de leñador
esperando el alba,
soy el  torso de hombre y de toro 
marcando la ruta negra 
por donde cabe un gemido 
y tal vez el universo. 

miércoles, 11 de junio de 2014

Un piano a mitad del parque
tocaba la melodía violeta
de la funámbula flor
que me develó la vida.

Ah, sí, cuentan los santos
que desde el día que cantaste
la sonata de amor a mi alma
las nubes desde tu cerro son más claras
y las flores crecen en paraísos escondidos

revelados por ti, para mí
la mujer que tanto te ama.
Me regalas un itinerario
dibujas pasitos de niño unicornio
de hombre en fuego creado.

Un catalejos para mirar a la gente
un telescopio para cantar con tu alma.
Cuadernos de nube con tus sonetos
de orgasmo amante,
plumas de trébol escribiendo mi pubis.

Toda línea estelar o pedestre llega a ti
toda vena, cava o divina
tiene fluyendo tu nombre.
Aguárdame bendito entre las nubes
un halo de ángel paseando entre carros
o quizá entre los tomates rojísimos
latiendo la vida carne en la tierra.

Llego a ti repleta de miel
y con la mano asiendo un corazón
que al girar en tu mano
será caleidoscópico.

Mira los mobiliarios, la vida es curiosa.
Mira nuestros labios,
este amor es más grande todavía.
But the sand isn't soft
if you don't give me a morning tea
your sleepy tears, the places
where we have fun in the stars.

And it's six o'clock, my baby
and I watch you like a golden film
dreaming, laughing flowers
shinning a non method for beating
'cause your heart is the sun
of the entire galaxy.


martes, 10 de junio de 2014

Pon tu beso en mi cuello
desanúdalo, amor
platícale un sándalo y luego
la maravilla de tu sangre
rompiendo venas
sucediendo el sudor
atrapando en amor al silencio.

Pon tu beso en mi mano
agítala, amor
entrégale otra hora divina
una eternidad de hombre y mujer
desde la profundidad de la olvidada ceniza
y con el brillo de oro
de un sí esperanzado y cierto
a cada minuto
del espacio en que nacemos.
Llegas y es martes
y con tu abrazo de estrella montaña
mi cuerpo en amor rompes.

Entonces la rutina es otra,
lavarse el pelo con tu saliva,
lavarse el coxis con la risa misma
y untarse la esperanza de tus ojos
apenas haya limpiado mi pubis
con tu semen.

Tomar un chocolate pensando
en el abatimiento de nuestras costillas
untar los panes con radiante beso
y no pensar en nada
excepto que hoy es martes
y con tu amor de estrella montaña
envuelves los pedazos de cuerpo
y con tu vida los unes.
Yo quiero un mundo
de avispas liberadas entre las horas
animadas tan sólo de amor y fluoresciendo
la vida noche que tú me das
como un testigo de amor postalizado
sacralizado, ígneo.

Yo quiero escribir ese mundo contigo.
Pero raudas al vuelo
las mariposas urgidas
las casas, los metales,
los corazones entrelazados
unieron en perfume
de crisálido mundo
de violáceo viento.

Entonces abrir la caja
y callar a Pandora es,
mi alma,
comprender que la caja
está limpia de sí misma.

Un espacio divino libre
para plantarle nuestro beso
y varias máximas de amor
en caricias.


lunes, 9 de junio de 2014

Mi casa, tu casa,
estará en paz cuando vuelvas
y la limpies con tu canción de risa
tus bromas de sol
y desempañen el agobio de su invisible escalera.

Nunca subí hasta que llegaron tus labios.

Mi casa, mis pies, mis caderas
aguardándote están
para que bailes conmigo en la Luna
y luego en Toluca o aquí en el páramo.

Abrázame infinito y danzando,
Ramón,
estoy con las horas de ti enamoradas.
Traigo un amor de plumas de pavorreal
nacido en el vientre de una princesa otomí
y también traigo buenaventura en el paraíso
recreado desde la fuente de mi cuerpo.
Traigo un mensaje tibio de aceite canelado
en tus manos
y traigo en la frente arrugas para surcarte
tanto amor y tanta caricia
que no te he dado.

Pero cuando la nube negra oprime
un mar callado me aquieta
y entonces mejor callo:

Traigo un reloj que me hace llorar
al verme sola de ti esta tarde
traigo un trapo para limpiar mi cara
llena de recuerdos calientitos de ti
perfumados de un amor alborotado y sereno.

Traigo un amor que es inmenso y todo tuyo
traigo alas en el cuerpo
y por eso este recado:

me urge llenarme de tu abrazo
mi vasija de risa te llama hoy lunes.

Rosa, rosa temprana
quietud de lumbre
hambre en llamas.

Rosa de loco amor en mí anclado
rosa de dios niño
rosa de astronauta bautizado

con la carne mía que lleva tu nombre
y los ojos que a tu ojo ven explotar y crecer,

un corazón de amor para aplacar la guerra.
Puerta, no respondas
todos los sabios privilegios
los eruditos marchitos en polvo y alcohol
no sirven de nada.

Oh, tú, lenguaje
tantos versos, tantas palabras
tanta herida mortal de tus hijos cegados
de ti
de cuanta bondad les negaste
pues fueron en busca de su patria
cuando la patria era algo más
que paginar en blanco el deseo
y titular al amor
que entre los vivos edenes estaban.

No te cansas, tú, bendito,
no quisieras de pronto
abrir el misterio de la inocencia

llorar tu infortunio sobre el pecho de ella
cantarle al Cid que no vuelva
ni a las bylinas que hablen de ti
cuando no estuviste preparado
para el honor de su poesía.

No preferirías conservar la noticia turgente
de un mar no localizable
del delfín que guarda las notas del amor niño
contenidas en tu cuerpo virgen
que murió entre las páginas del beligerante, egoísta mundo.

Encontrar la luz en el otro
es algo más que hallar un precioso espejo,
mírate, mírame
ya no somos amantes de lo mismo.

Pues aunque sigamos amando la palabra
tú eres el museo y la antorcha
y yo sabré darle vida a cada sonido
con este amor
que me nace de otro venerador de los cielos
escritos con puño y alma
y que también se despojó de su pequeña rabia
para entregarse, en blanco y a la vez escrito,
al mundo que ahora con su beso me obsequia.

domingo, 8 de junio de 2014

Nube polar, nube Andaluz
nube de plata, nube solariega
nube de páramo enamorado,
nube de ciudad entera.

Ser feliz es esta limonada
bajo su moreno rostro
y una plática sin fin ni resquicios.

La alegría es volver al sol
por la tarde
cargada de sus besos
y esa anarquía bendita que a ambos
nos redime de los pueblos todos.

Ser mujer es aceptar que soy ángel
y demonio y también alienígena,
un campo plagado de girasoles esperando por fin
la siembra de su oído caracol en mi vientre fecundo.

Ya luego paro montes de estrellas
e insignias insolentes para la risa.
Ya ahora mi mundo como pieza de arte
animada por Pigmaleón Rey
encarnado en el amor de mi voz.

sábado, 7 de junio de 2014

Quien no arriesga no penetra su bala
y mi esquirla fue y viene
llena de un fuego diferente
al de tantas otras.

Cuando se ama no se quema
se sublima.

Soy la pasión que destila tu semen
y te purifica el corazón.
Pero tengo labios y medias caladas
y también unas piernas que emergen el deseo
bajo cualquier sol
y un rímel a prueba de miradas
siempre con dirección a lo que mi voluntad quiera.

Y lo de hoy y ayer y mañana es tomarte
aliviarte sumergirte en mí lamerte
comerte a mordidas y bocados
coserme a ti por el orgasmo
y luego por el hilo de mis medias
atándote al placer.
A mi día le sobrará alimento
si me guardas entre tu pelo tibio y plata,
si me das voluntad y amor
más que fortuna en centenarios,
si me aquietas con saliva y lumbre
antes que con mirada de lupa silente.

Todo siempre ha sido en mí
un vértigo bonito de flores en el vientre.

Eran tuyas y ahora su miel
en mi cuerpo una casa para tu sexo
anima.


No busco el rastro de tu sangre
ni tu esperma
no registro lo que hay tras de tus ojos
al ocultar la jornada.

Latido infinito eres dentro de mi cuerpo
sublime dios morando el templo
que por ti esperaba.

Poseo las palabras para anudarte
prefiero el sonido gutural de este orgasmo
y también el silencio
por donde vierto mi jugo sexual.

Ámbar de ti, hambre de ti
violento cuerpo amante engendrado
tras la fortuna de las flores de nuestra primavera.

viernes, 6 de junio de 2014

Comulgo con el naciente sol.
Sobre mis hombros unto miel y naranjo,
después echo a volar donde tú
y a tu carne tibia le pido
aplaste la poca sombra que queda.

Te amo, señor de los cinco astros.
Como a la lluvia que lava mi lengua y purifica mi pubis.

Llueve flores, alejame la espina.
Toma mi risa. Es tuya.

Comparte la inutilidad de los relojes conmigo.
Asienta tu boca en mi otrora
indomable llama.

Cada perro tiene su día, escribes.
El mío es un hoy repetido
en la mansedumbre de tu volcán
y esos ojos
por los que di mi soberbia, antigua vida.
Y resulta que ya vivías
en el fondo azul del desierto.
En mis amapolas de niña
en los ejercicios de Amor
que yo le di a cada silente piedra.

Yo te esperaba llevándote dentro
como ceniza de biblia y de libro prohibido
alimentando mi alma.

Yo te esperaba
y de pronto tu cuerpo sobre mi cuerpo
la luz a mi eco llanto moría.
Caminaré contigo porque al fin
los peces tienen alas
y las magnolias se dan en Deimos.

Caminaré, sí, porque traigo embrujada la vida
y desde tu vuelo inocente
me descubro la que no fui

Y creo en ti
y en los placeres de tu carne
y en la ternura que me das desde tu ombligo.

Caminaré de playa y mar
y de llanura dorada hasta completar
el ritual a tu alma libre
que a mí me emancipa.

Caminaré de Amor Bendito
entre las horas y a pesar de ellas.

Camino ya contigo.

junio

De repente, el espejo y de pronto
seis meses.
Soy la novia de junio sin fin
la hembra al rojo vivo
comiendo de tu boca.

Ataviada voy de tus sueños
y de señoriales flores.

Llegan los primeros fotogramas
de tu campiña de oro y mis gardenias.

Feliz largometraje, Amor.
Te digo desnuda
desnuda del alma.


Gracias, Ramón, por consagrar tus horas a este torbellino.
Toma mi mano, Maestro:
el mundo y tu corazón ya no me darán por causa perdida.

Te amo. 

jueves, 5 de junio de 2014

5 de junio 1994

De veinte en veinte
el alma sucumbe
ya no muerde
deshabitada está la cumbre
donde necia
su vida ofrecía.

Y vuelvo a nadar en el agua
del amor divino.

Y vuelo de niña traviesa
donde tu cuerpo el placer centrifuga.

De veinte en veinte
recompongo mi vientre
y lo entrego febrilmente a ti
señor que bebiste mi sangre.

Aquellas que no fui
las que sería de no ser porque soy
también las que irremediablemente seré

de veinte en veinte su amor por ti
en vapor sagrado las determina.
Quién busca, quién salta, quién aflora
la inquietud de buscar tu llama ventral
esta inercia bendecida por un segundo divino
sus cuarenta días concentrados en una hora.

Quién te ama como si de la vida se tratara
o porque precisamente eres mi vida
me escondo tras las letras

besándote el alma.
Clavado en mí como sueño de ángel 
viajando por un tren hasta volverse humano. 
Así tu beso lo tengo en mi cuerpo 
así lo impusiste de amor sagrado. 


miércoles, 4 de junio de 2014

Ataviado de naranjos y ciruelos
siempre supe que llegarías, Amor,
sol reunido desde sus trece fragmentos,
morena carne por donde vivo
los efectos de la paz y la sensualidad entregadas
a un sólo cuerpo,
el tuyo,
a una sola alma,
tu alma.

Como un milagro encendido de música
así tocaste mi puerta y ahora
en mi casa un banquete preparas:

adiós por la vez última los recuerdos negros,
te saludo, ancestral y joven,
con este amor que en mí no cesa.
Como un barco te vas, Amor
y cual marino amante tu piel prometes
regresar a mí tras la espera de la garza
cada tarde de oro y sangre
donde yo escribo en la arena por mí
para que dios no olvide
que de este amor sincero nací a los treinta
y de este amor indestructible
he de morir a los ochenta y dos años.

Te vas, Amor,
se pregunta mi alma ante la sentencia.

No, no podrías
yo tampoco sabría afirmarlo.

Dos almas que son una que se encuentran
después de negarse
sus imanes y su núcleo arbóreo
de raíz y divinidad concentrada
separarlos no pueden.

Y tengo entendido que no se debe
y siento cada vez que nos besamos
que no quieren.

Zarpas en imagen pero tu hora
tu sombra, tu magia divina
todo en mí encalla
tatuaje de miel en mi dermis
certeza de mi alma antes de dormir
y en la hora más oscura de mis pensamientos.

Escribo de nuevo este poema:

Encallas tu vida libre en mi libre alma,
Amor.
Qué oración del Padre con la que te abrazo
el lunar azul de tus días.

Las nubes y sus olas van y vienen.
Hay amor de raíz etérea hasta que muramos
y volverá a haberlo más allá de la muerte.
Lleva la paz de la lluvia a tu casa, Amor,
el mundo de sus objetos, las flores de sus almas
todas giran conforme a los ojos de dios.

Todo está en su sitio:
el corazón de las frutas aguardando tu boca,
el perfume de la guayaba abrazando tus libros
tus notas, tus zapatos, tus recuerdos,
a ti completo en el presente que nunca se acaba.

Los jabones han bailado la lluvia
y se levantan, espuma perfumada,
hasta lavar tu día y envolverlo
entre granos de café y pan de caja
y una serie gringa de tv
que te libera.

Lleva la risa de este día a tu casa, Amor,
los corazones nunca vuelven y sin embargo
siempre están
dispuestos a que los escribas con flores y plumas
abiertos para que los llenes
de caricias de tiempos en futuro bonito
más que en subjuntivo.

Nada ha de salirse del script
todo ha de cambiar conforme tu cuerpo lo demanda.
Está la cama y su ventana
tu amigo viento y las madreselvas.

Lo que un día nació de amor ancestral
jamás su cuerpo extingue entre sus hijos.

Ámalo.
Igual que la primera vez que nos soñaste.
Mi regalo no es la parcela
o las cinco varas con las que levantaríamos
los muros de la gente y su rutina.

Mi regalo es este aire libre y perfumado
una primavera total y eterna
por donde transitan tus plantas
cargadas de girasoles y magnolias.

Creo en la divinidad y su mandala favorito
escrito en tu cielo y el mío
una misma carne y su latir, los ojos del infinito
arrastrando avatares con sus enamoradas olas.

Mi oración es una parcela de estrellas
desde donde nace y se renueva siempre
este amor que abarca nuestras vidas.

Mi oración es tu cuerpo durmiendo
bajo la dulzura del encino
y mi brazo elongado hasta tu frente
tan solo para cantarle
vamos, niño amado, la casa está en paz.

Perpetuamente hemos de girar
conforme la vida nos llegue
siempre compartida, siempre distinta
un volado de moneda de oro 
definiendo las alas del maíz con que fuimos hechos. 

Vamos, hombre alado, vuela para mí 
y déjame volar contigo,
que de leche azucarada están llenas las luces
y las nubes su terrón de azúcar y pan
aguardan a nuestro bendito beso. 

Vamos, cadera, pies que bailan,
junio de estrella y Joyce.
Vamos, eco de Hamlet y Macbeth,
turgencia de mil horas apostadas
a la perpetuidad de nuestro encanto. 

Reinventa para mí el lenguaje
que yo reinventaré la música.

Es hora, siempre lo es:
amemos el aire que nos circunda
hasta hacerlo brillar de concierto amante. 
Tómame como a un enjambre
y veré contigo el índigo de Júpiter
tramando amor desde la entraña.

Tómame como a una diosa
y te enviaré una eterna carta
donde te explique que fui hecha para ti
desde antes de nacer tu ombligo.
Más allá de los cielos
del juego todo terreno
de tus mareas y las mías.

Más allá del sol de Bob Dylan
y de las tarjetas postales
que nunca nos damos
porque suficiente amor hay
y por eso lo decimos con las manos.

Más allá del tambor
y del tronco trémulo de volcán
a la vuelta de la esquina,

hay un pozo sin fondo y sin bendito remedio
y se llama me quedo y acompáñame
porque hay aún más amor del bueno.
Amor de fruta y enredadera,
amor chiquito, amor bonito,
amor de bandera y de carretera.

Yo por ti la vida nueva
y también un poco de tamarindo
sobre el mar de los días amplios.
Yo por ti este canto
un himno a tu belleza de carnívora flor.

martes, 3 de junio de 2014

Dientes

Ocho, la luna luna
ocho dientes, ocho excesos
mi cuerpo hablando ardor
mientras entre tus fauces, lobo de amor
me recuesto.

Ocho almendras desde tu mano
hasta mi otra boca,
ocho manos, una araña de sexo
iniciando la cama cama.
Que los días miserables
vayan y se apelmacen entre las manos
de presidentes y curas
soldados con ansia de sangre
y empresarios locos de poder maldito.

Que sus días se conviertan
en su pan de caño y cianuro
e inunden sus placeres de un aroma
a derrota embravecida
porque no hay más dios.

Y que a nosotros, Amor,
nos juegue el tiempo
como un perro niño lamiendo nuestras caras
o como un hada
que al salir del bosque de Shakespeare
su visión de almendro y verdura luciérnaga
nos regaló.

Que un día miserable más entre nosotros
se proscriba, Amor,
buenos días, Alma Clara,
la luna nos dejó un soneto
y era de amor de mí para ti
que dormiste a mi lado entre las índigas nubes.

Hoy es el día de nuestra vida
y no levanto edificios
ni proclamo leyes nuevas.

Te digo perdón y lavo este lado de la vida.
Te digo te amo y mi mundo funciona.
Medias lunas dentadas 
tus regalos de fuego como tatuajes.
Pasión se escribe con a de aire y agua
y con ansia de furor por tu delirio. 
Mi niño brincando los cuernos de la luna.
Caminito de leche voy
hasta dar con tus ojeras,
arroz con agua del cielo
bajaré de las nubes.

Te daré un oso de felpa
o quizá la amnesia de los verbos
para contarte que naciste hoy
y ayer y la semana pasada
en el almanaque solar de mi cama.

Verdad que no hubo antes
estrella tierna que me alumbrara,
verdad que nunca había sentido
la luz bajita de los claveles
cantándole agua a las ranas del sol.

Mi niño galleta
mi canica brillante de amor.
Ruge más, lobo amigo mío
hombre costilla que de entre la furia
nuestra, la de las estrellas ocultas
nace.

Yo te amaré más porque no quiero
otro bosque, otro aullido.

Entre más te amo
yo dejo de ser pequeña santa
y ya sólo soy la puta diosa que todo lo mueve
hasta el éxtasis del mar.
Háblame, Olivo, de los hilos de Horacio
construyendo esta tela
por donde mis ojos ya no pueden ver
ni mi boca habita su palabra.

Háblame, tierra, del trayecto
de las nubes de Virgilio
y su condensado paso
por el muslo de mi amado.

Que todo es musgo y liquen
si él no da la primavera,
que todo se vuelve palimpsesto
cuando su voz aquí se estalla

inmarcesible canto de ónix y semen
cuchillo de oro que desuella mi sordera.
Y más que el verbo
el principio son sus manos. 

lunes, 2 de junio de 2014

Amor mío que callas
y rompes esta rosada marea
con el madero de tu seco silencio,
amor que hoy no vino a mi ventana
y no giró su rostro en el andén
ni tomó mi mano cuando perdón
le pedía a tu mano.

Soy endeble y de corazón líquido
éter inmenso que tu alma
abrasar con sus brazos
de hambre de ti quiere,

soy la no heroína
una colina de días y misterios
entregada a ti para sembrarte más alegrías
aunque a veces te regale sombra y duda.

Te amo, sí,
como el pan a la miel y también
como el rico a su dinero
y también todos los días
como una mujer ama al sexo de su hombre.

Te amo como la niña a su nido de aves
y como el niño a los mares lejanos
instalados en sus maquetas de cartón.

Junto a ti esta noche lloraré tu ausencia
y perderé el miedo a decirte que me pierdo sin ti
aunque me veas aquí,
guiándote con la yema azul izquierda
el camino de mi casa
que es tu casa y siempre lo ha sido.

Todo es turquesa y ámbar
mientras tus ojos atardecen.
Todos se vuelven comerciantes de plumas del viento
Fabricadas porcelana entre dichas
por un amor tan blanco
como tu nombre despojándose
como un río.
Otra vez el misterio del tiempo
su cruz, su avenida
su muslo apoyado en mi muslo
alborotando la fe inextinguible.

Creo en la sal de mi moreno
al morir la teoría y brillar la tarde.
Creo en la búsqueda de lo sublime
cuando sublime es ya y nada importa.

Creo en la religión de la primavera
los abrazos de ti, ardiente nuclear
ataviado de la música de junio.

También creo en la inercia del espanto.
Ven y adora estos minutos
donde te he de encontrar
a través de la poesía.
Ojo de ópalo y azerí a
virtud de ciegos dominando olas.
A mi tesón le sobra tiempo
y lo enciende tu amor.

Por eso este amor de junio
en un asfáltico beso.
Esta luna cantante
de tu pelo plateado a mi favor.