lunes, 24 de marzo de 2014

Solar

Bésame la frente 
así, al leer estas palabras,
este sonido mío de cristal
que aboga por mi latido
para que lleguen a ti las palabras del corazón. 

Sécame los ojos 
luego absuélveme con tu pestaña tercera
la del ojo tierno izquierdo
o quizá con la ceja derecha en su estado 
de beatífica rebelión. 

Humedéceme
vuélveme sirena o alga sin otra propiedad
que brillar en azul 
cuando digas que soy tuya;
con la red de tus manos 
saca el fonema febril de mis mares. 

Y luego cántame
u óyeme cantar bajo el sol
que es uno y es distinto:
nunca un brillo para quienes se aman.

Por eso el sol con nosotros. 

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