martes, 4 de marzo de 2014

Entre todas las riquezas posibles del siglo
yo sólo requiero 
tu voz en mi cuerpo 
tu mano trenzando signos de amor en mi aire
tu pranah en mi sangre
tu pensamiento en mis poros
tu amor en mi tazón y en mis ropas
en mis poemas y en mi espíritu
tus ojos, tus ojos
en mi hoja llena de palabras 
sinónimos de mi amor 
por tus elementos guiando mi noche. 

Y así lo he tenido
y así deseo que su marcha continúe. 

Entre todas las riquezas posibles del siglo
yo sólo requiero
venerar tu hora dentro de mi floreciente tiempo,
amarte infinita
incluso más allá de esto que tocas
y tiene lindes. 

Yo sólo requiero ser tuya
para seguir escribiéndome 
una oda en el corazón 
dedicada a tu latido. 

No hay comentarios: