domingo, 25 de septiembre de 2011

Piedra de la paciencia

La poeta escribe de un poeta
que escribió poemas
en la boca de una mujer de alma cansada.
Se los decía a su hombre,
eran salmos y reclamos,
la catarsis del viento que le reclamaba
tener una voz un segundo
allá, en las tierras de arabia.

Piedra de paciencia, se llamaba.

La poeta me pregunta
cuál sería la piedra de paciencia
para esta nación en llamas.

"Apilar los diarios de la franja norte,
rezarles un poema a cada esquirla
que la vida de mi prójimo
cada segundo arrebata"
dije.

Y no estoy muy segura,
pero creo que haría falta
inventar un nuevo rosario
hecho de versos con la saliva
de los que lloran la pena
y salen a trabajar y regresan y ya no hay nada.

Piedra de paciencia,
Lumínica... ¿por qué se habrá ido?
Piedra de paciencia,
poesía, tú no te vayas.


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