miércoles, 21 de septiembre de 2011

Absolución

Absuélveme
esta flor y este canto,
la impureza de escribirte
en mi húmeda madrugada.
El olor a madreselvas
mezclado con la memoria de tu saliva
que despierta mi cama,
esta razón de existir
alada, llena de otra gracia
-umbral urbano antes no explorado,
mancha impoluta de canto exacerbado,
región tiernísima de tu sereno y tu sal-.
Realmente no vi venir
tanta alegría.
Absuélveme la vida, generador de algarabías,
como lo haces con tu letra
al caer mi cabeza
sobre tu recuerdo esta noche.

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