martes, 20 de septiembre de 2011

Mensaje

Y como no hallé cómo hacerte ver
que no sólamente estaré aquí
para cuando ambos deseemos combatir nuestros cuerpos,
intento escribirte algo para tí,
porque sé que estás triste en estos momentos.

Tu regalo me abrió las puertas
me enseñó a ver otros caminos.
Conocí la felicidad de un instante
a reconocerme mujer en otro sentido.

Cómo no querer entregarte
mi tiempo, el abrazo lejano para tu estío,
a esta hora en que viene mejor la amistad
la compañía para aluzar
los mares oscuros del llanto.

La vida como viene, se va,
eso lo sabemos ambos,
esta noche despides a alguien que amas,
y yo pido por ti
para que tu fuerza de guerrero
te ayude a no darte por vencido.

No me cabe duda que encontrarás
el alivio en tu propio poder de indagador de mares
y sabio:
me has enseñado tantas cosas
en tampoco tiempo y espacio...

Salven las estrellas su alma,
la que velas esta noche en el quebranto.
Algún día estarás con ella
y le contarás cuántas veces la viste
en el cielo más despejado.

Duerme, caballero, niño, duerme,
el mundo es un trozo entre tanto,
mañana amanece otra vez tu padre sol,
mañana de nuevo comenzarás la conquista
de los mares, las tierras lejanas, los sistemas caducos
y revivirás las mentes de los olvidados.

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