domingo, 4 de septiembre de 2011

Paraíso

Me he perdido
en el sueño de un gigante,
en los besos que no le he dado,
en el revuelo prometido, taciturna fémina de diciembre.
Dime por qué tardas tanto, paraíso.
Dime dónde está el pecado o por qué la espera,
zafiro dilecto entre todas las estrellas.
Dime por qué el silencio consume más
a la hora de encenderse la piel, estando sola.
Dime si tengo el valor para abrir la puerta de tu alegría,
de hacer el éxtasis y la alquimia con tan pocas horas,
de perpetuar tu pieza de destino conmigo,
de poetizar tu verbo precioso de hilos de otros mundos y placeres,
luminoso de mi corazón.

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