A la orilla de un río salado
sus manos parecen mecer
a la luna nueva
sus cabellos penden por un lado
y su cuello queda expuesto
a los besos de las luciérnagas.
Ella no ríe ni llora
por dentro se ha quedado seca
hoy le toca expiar su alma
y llama con su voz
al pez con cuerpo de mujer morena.
En un sol sostenido
el eco se vuelve dulce viento
ella canta y canta a contratiempo
y regala en cada nota
de su flor un pétalo.
Al llegar el pez de suaves formas
su canto ella depositará
dentro de la luna sus cuernos
ella siente que algo le faltará a su cuerpo
es la tristeza que en él transmuta.
Remi de mi corazón, remero
fasola en la soledad, hoy vengo
sido, mi voz hoy te entrego
dosol ilumina los mares
Sirena que ahora te llames
como el sol que fui en mi canto
eso quiero.
Para que al amor llames
como yo alguna vez
lo he llamado.
Sirena prometiole cantar nocturnos
que evocaran su sueño amado
por eso cuando cae la noche
el mar de vez en cuando
sabe a llanto.
viernes, 7 de noviembre de 2008
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