domingo, 2 de noviembre de 2008

Fuego

Hay un fuego que me arrasa
y ni siquiera sé
de dónde proviene.

Suena como a fuerza
sabe como a madreselva
se siente como el mar del último istmo
que caerá
tras el fin del mundo.

O eso creo yo
mientras en vano me aflijo
arrojándome al fondo de este magma tardío
hay un fuego sin estío
no existe la clemencia ni el pudor.

Lejanos están el cielo y la tierra
hay un fuego arrasando con mi planeta
el ombligo de mi universo
la palabra yo pierde sentido si se lee al inverso.

Ayer la sal cubre la cara de quien la prueba
hoy son las llamas de una ciudad perdida lo que queda
viento insaciable
luz fulgurante
tremor hecho cenizas por amor.

A los cuatro elementos no se les explica
como tampoco se entiende la existencia
de los cuatro puntos cardinales;

Por eso hoy siento un fuego que me abrasa de prisa
valor intocable
sueño cambiante
promesa invariable
de las letras dentro de un poema de amor
holograma disidente
ave pensante
amapola que llora virtudes que no vio.

Hay un fuego que me arrasa vehementemente.
Perderé la noción de la abrumadora vida
me situaré tajante y silente
enmedio de la hoguera
que me empuja a abrir el pecho y gritarlo:

Soy libre de mí, soy libre de esas voces
libre de todo
la inocencia se recupera cuando transmutamos
la paciencia adquirida a prueba de rabia y tezón
en una dulce espera no fingida
a que la savia de la vida llegue
y nos inyecte redención.

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