Si existiera
la Máquina del Tiempo Perfecta
vendería mi alma a las nobles hadas
para regresar
al umbral de tu piel soleada
a los remolinos de miel que vi sin decirte nada.
Regresaría
donde no supe tu piel
hipnotizar sin tantas letras.
Si para el alma
no era necesario construir
diques de la A a la Z...
Entonces, dime ahora cómo hacer
con lo que siento una treta
matarla de angustia
como ella se dispuso en franca reta.
Regresaría todo
para mecerte en mis cabellos
para figurarte en la mente eterna
nombre de inmensidad pura
conquista perpetua.
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