Como espuma de mar
su tacto envuelve la tristeza
le acaricia al oído
y le da la certeza
de que las lágrimas son gotas de mar
que liberan a las hadas
si el que llora las llama con firmeza.
Sus dedos se deslizan
como las barcas de cirros en lo celeste
peina sus penas mientras le canta un cuento
y las fresas de su boca
se vuelven regalos de amor.
Con rayos de luna y sol ataviada
sus ojos brillan como las carcajadas
de quien ahora es libre de toda incertidumbre
y a sus brazos se entrega,
La más bondadosa de todas las amantes
la más fuerte detrás de su tibieza
la más sublime de todas las bellezas
Señora Ternura,
mar en calma
bosque de madreselvas.
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