Quién hacia el aire
la fruta mecida en los pétalos del cielo
su corola suave
como de Virgen de la Estepa
que te trajo a mí
un buen día.
Quién hacía el aire
Dios, la brújula, Guadalajara
que de tanto inmerecer misericordia
los llanos se cubrieron de metales
y todos juntos cantaron la gloria
e hicieron nacer el ritual del amor de amante enamorado
el que mira con ojos tan negros
tan tiernos, tan de oso dulce
tan cupidos y flechas atravesándose
en mis alcanzados ojos.
Mis ojos de luna y cepa
que atraviesan las verdades para decirte
que te amo con la entrepierna y el alma.
Hallaré en ti la respuesta a mi imaginario colectivo
la danza de las mil mujeres y hombres que fui
para conocerte.
Pero aguardo una cornisa y cinco horas
y me baño en tu nombre cada noche:
prefiero llamarte Cielo o Ramón
porque es igual a llamarte Oxígeno y Cadencia;
prefiero llenarte de Piernas y Curvas
porque es mi ritual de Diciembre
ahora que tan de enero al resto del año
nos perfuma la fortuna
ahora que somos cómplices de nuestra amalgama.
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