sábado, 14 de diciembre de 2013

Para Owen Wilson

No todos los sábados ocurren milagros, Owen
no siempre se camina con un ser hermoso
ni tampoco se come paz ni mucho menos risa en el postre.

No todos los sábados te recorre un río incandescente
con el simple hecho de oler su rastro.

No todos los sábados se sienten las yemas de alguien
platicándote el mediodía como si siempre hubiera conocido
la temperatura del sol.

No todos los días se abraza un cuerpo único entre desconocidos
haciendo más conocidas
esa otredad de las costillas que tu costilla propia.

No siempre ocurren estos golpes de suerte, oh no, Owen
no siempre se llega con las manos vacías y de pronto la fortuna.

Pero qué puedes saber tú
si eres rubio y demasiado guapo en 2D
y con la nariz chueca.

Qué puede saber un norteamericano actuando
en una película de caballeros ingleses
junto a un chino traducido por un idiota.

Mejor callémonos, Owen.
Tú a tu diálogo grabado
yo a recontarme la alegría...

No me mires así, Owen,
tú no sabes de cierta pureza divina
(yo tampoco, pero me encantó sentirla, venerarla)
a lo mucho coincidimos en el fuego

Y aún así lo dudo:
pocas veces este fuego.

Soy la primera en admitirlo.

Sigue hablando, Owen
te ves lindo así en la TV.

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