Mi palacio son tus flores
y mi vestido tus besos.
Mi habitación es tu universo
y mi luz son tus estrellas.
Mi alimento es tu semen
y mi fuerza tu voz.
Mi paz son tus manos
y tu brazo extendido para sujetarme
cuando los dos viajamos
más allá de los cuerpos.
Mi latido es tu latido
y mi cama es tu pecho.
Mi descanso es tu fe anidada en mis cabellos
y mi fortuna es oírte reír
cada tantos días
como la promesa de Ra
reencarnado en la primera sílaba de tu nombre.
Mi sentido es tu alma
y todas las cosas bellas que dices
aún siendo rudo y callado.
lunes, 30 de diciembre de 2013
Amanecer de los 31
En este ardiente amanecer del mundo
escribo con saliva y miel
las palabras derivadas
de tu manso y regio nombre.
En este despertar de oro
me contemplo como una avellana entre tu axila
y sé que ese esa es mi casa ideal
para amanecer un año más grande.
Es este despertar desde hace varios días
es este y no otro
el que mi cuerpo quiere.
En este despertar mi espíritu se estira
y te cuida y te perfuma a ti
desde el vientre hasta la uña que en mí
has penetrado.
En este despertar del mundo mi muslo
se vuelve tu muslo
y mi entrepierna aspira a ser tu guarida.
En este despertar del mundo el silencio
para escuchar tranquilamente
la respiración de tu alma.
escribo con saliva y miel
las palabras derivadas
de tu manso y regio nombre.
En este despertar de oro
me contemplo como una avellana entre tu axila
y sé que ese esa es mi casa ideal
para amanecer un año más grande.
Es este despertar desde hace varios días
es este y no otro
el que mi cuerpo quiere.
En este despertar mi espíritu se estira
y te cuida y te perfuma a ti
desde el vientre hasta la uña que en mí
has penetrado.
En este despertar del mundo mi muslo
se vuelve tu muslo
y mi entrepierna aspira a ser tu guarida.
En este despertar del mundo el silencio
para escuchar tranquilamente
la respiración de tu alma.
Para el Rey Astronauta, por el regalo de esta nueva vida.
Siete horas treinta
y ya la vida se me anunciaba
como lo que pedí de niña
algo así como tus brazos
algo parecido a tu boca
algo como tus palabras
algo cercano a tu cuerpo
algo sereno como tus flores
algo así como esta vida que me pulsas.
Siete horas treinta
y por primera vez comprendí
entre nube y tierra
que no podías llegar a la idea
porque en realidad eres perfecto.
y ya la vida se me anunciaba
como lo que pedí de niña
algo así como tus brazos
algo parecido a tu boca
algo como tus palabras
algo cercano a tu cuerpo
algo sereno como tus flores
algo así como esta vida que me pulsas.
Siete horas treinta
y por primera vez comprendí
entre nube y tierra
que no podías llegar a la idea
porque en realidad eres perfecto.
Navegante, aquí están las olas
de una Mar que soñó un día
despertar dominada por tu palabra.
Dijiste calma y ocurrió el amanecer
en este lado del mundo.
Callaste mi tristeza y de pronto
ocurrieron los signos de tu elemento.
Navegante, aquí está el azul que ríe
y llora por ti al mismo tiempo,
la contemplación de tu rostro
como si el mismo Horacio le hubiera llamado
a despertar en ti como lo hace la luz
por tu piel morena.
Dijiste sed y convertiste mi sal en tu agua.
Pediste patria y te erigiste en mi playa
como el dios más infinito
nacido de un risueño anafre.
Navegante, aquí están mis horas.
Tómalas enciéndelas moldéalas con tu firme bandera
llámalas protégelas alúmbralas
dilas tuyas pues es todo cierto y verdadero
como el mismo lunar que te vio crecer
la primer luna nueva de diciembre.
de una Mar que soñó un día
despertar dominada por tu palabra.
Dijiste calma y ocurrió el amanecer
en este lado del mundo.
Callaste mi tristeza y de pronto
ocurrieron los signos de tu elemento.
Navegante, aquí está el azul que ríe
y llora por ti al mismo tiempo,
la contemplación de tu rostro
como si el mismo Horacio le hubiera llamado
a despertar en ti como lo hace la luz
por tu piel morena.
Dijiste sed y convertiste mi sal en tu agua.
Pediste patria y te erigiste en mi playa
como el dios más infinito
nacido de un risueño anafre.
Navegante, aquí están mis horas.
Tómalas enciéndelas moldéalas con tu firme bandera
llámalas protégelas alúmbralas
dilas tuyas pues es todo cierto y verdadero
como el mismo lunar que te vio crecer
la primer luna nueva de diciembre.
31
A la hora cero
nada más tú en mi cornisa.
Un horizonte dorado
un mar llamándome tu hembra.
A mis treinta y uno
sólo deseo que navegues
por esta nueva vida
entregada a mí desde tu boca.
nada más tú en mi cornisa.
Un horizonte dorado
un mar llamándome tu hembra.
A mis treinta y uno
sólo deseo que navegues
por esta nueva vida
entregada a mí desde tu boca.
domingo, 29 de diciembre de 2013
Bizancio
et in Arcadia ego
Atrapaste mi hombro en el viento
hombre
lo tomaste como igual tiraste
de mi ropa
fiero
de mis caderas te adueñaste
tormenta
y yo te enseñé los pasos
que van con el ritmo de mis olas
luciérnaga.
Abandónate a mí
dijiste
y mis piernas se levantaron
como un dique esperando
a su héroe marino.
Abandónate a mí
dijiste
y mi albedrío jadeante
se convirtió en tu pila bautismal.
Renacimos unas horas antes
del renacimiento de los hijos de Bizancio.
Nunca más el archipiélago
te dije
y me nombraste tu patria.
Serpiente, adhiérete a mi piel
anúdate en mi vientre
quémame por dentro.
Atácame sonríeme embísteme
envenéname de tu luz
entibia mis huesos con tu caudal.
A la luz de la tarde te he visto
dorada y rojiza
como los dientes del dragón que cada tres soles eres.
Sobre tu cuerpo examiné al tiempo
y era bendito porque tú lo perfumabas.
Aullaba la luna del primer día de mi vida
y yo te ofrecí mi ola.
Serpiente, en tu reflejo se mueven
las palabras todas.
Anídate en mí, vuélveme el origen.
Sueño de una víspera de cumpleaños
Venías por el prado más alto
de luna repleto
de laurel y nube ataviado.
Dijiste stardust y llovieron oropeles.
Luego, la canción de cuna.
Eres como el agua dulce de los mares de Júpiter
te decía
Suenas como los instrumentos del Sol
cuando llovían bendiciones.
Mi alegría de junio
mi té para soñar la fortuna y la calma.
Acaricié tu mano derecha y la puse sobre mi seno
e hice de tu cuerpo
el habitante de mi tierra.
Las espigas tintinearon
con una bendición de plata.
Éramos estrellas, dos que reían.
sábado, 28 de diciembre de 2013
7 de diciembre
Una luz azul sobre tu cara.
Turquía y Australia estaban muy lejanas
para participar del cuadro.
No hacían falta:
tú eras el oriente entero entrando por mi cuerpo
desde la noche.
También eras la vastedad ignota de una lengua exótica
llegada a mí para cambiar mi brújula.
Respiré tan quedo como pude:
mi alma, a los serafines
también hay que dejarlos soñar.
Volteé mi rostro al techo.
No vi a nadie
excepto a mí, llena de tu respiración.
Turquía y Australia estaban muy lejanas
para participar del cuadro.
No hacían falta:
tú eras el oriente entero entrando por mi cuerpo
desde la noche.
También eras la vastedad ignota de una lengua exótica
llegada a mí para cambiar mi brújula.
Respiré tan quedo como pude:
mi alma, a los serafines
también hay que dejarlos soñar.
Volteé mi rostro al techo.
No vi a nadie
excepto a mí, llena de tu respiración.
viernes, 27 de diciembre de 2013
Parada estás, desnuda
bajo la luz azul que brilla contigo ante el espejo.
Abierta estás, alejada de demonios y serafines
están tú y tu piel
tu nuevo latido, un brillo en los ojos
escapándose de tu alma.
Te sonríes. Jamás lo habías hecho.
Parada estás, felizmente desnuda
bajo la temperatura fría contigo ante el espejo
y no sientes pena.
bajo la luz azul que brilla contigo ante el espejo.
Abierta estás, alejada de demonios y serafines
están tú y tu piel
tu nuevo latido, un brillo en los ojos
escapándose de tu alma.
Te sonríes. Jamás lo habías hecho.
Parada estás, felizmente desnuda
bajo la temperatura fría contigo ante el espejo
y no sientes pena.
Cállate, mujer, los pétalos entreverados
como una ola de sal desde su costilla.
Calla la euforia, escóndela en los pliegues de tus labios.
Calla media hora luz
y luego grita.
Hombre sí, pero milagro.
Hombre sí, pero con la puerta abierta.
Te criba en silencio y con las flores del mundo.
Te hace llorar y te vuelve un charco
por donde se agitan las plumas de los quetzales.
Eres su reina y te vuelves la heroína
que al final corre a sus brazos, demasiado llena de palabras
porque quiso volver haiku su sentimiento
y sólamente consigue escribir un tratado
sobre el latido, el orgasmo y las formas
sus formas.
Saben a sal, a hombre fuerte.
Saben a azúcar, a un niño que te abraza
y te hace sentir la protectora del universo.
Es grande
siempre lo supiste
lo evitabas por miedo precisamente a esto
entregarse como lo hacen las diosas
escribirlo como lo hacen las adolescentes
extrañarlo como lo hace una niña con su globo tornasolado
ser la loca que no obstante la anhedonia
se elevó para ser mujer
su mujer.
Cállate, deberías guardar un poquito de silencio.
Las aves llegan al paraíso volando
no platicando.
Pero tú no eres ave
y simplemente has sido tocada
por el cielo.
como una ola de sal desde su costilla.
Calla la euforia, escóndela en los pliegues de tus labios.
Calla media hora luz
y luego grita.
Hombre sí, pero milagro.
Hombre sí, pero con la puerta abierta.
Te criba en silencio y con las flores del mundo.
Te hace llorar y te vuelve un charco
por donde se agitan las plumas de los quetzales.
Eres su reina y te vuelves la heroína
que al final corre a sus brazos, demasiado llena de palabras
porque quiso volver haiku su sentimiento
y sólamente consigue escribir un tratado
sobre el latido, el orgasmo y las formas
sus formas.
Saben a sal, a hombre fuerte.
Saben a azúcar, a un niño que te abraza
y te hace sentir la protectora del universo.
Es grande
siempre lo supiste
lo evitabas por miedo precisamente a esto
entregarse como lo hacen las diosas
escribirlo como lo hacen las adolescentes
extrañarlo como lo hace una niña con su globo tornasolado
ser la loca que no obstante la anhedonia
se elevó para ser mujer
su mujer.
Cállate, deberías guardar un poquito de silencio.
Las aves llegan al paraíso volando
no platicando.
Pero tú no eres ave
y simplemente has sido tocada
por el cielo.
Para Ramón, que al final de tantas palabras
me dice:
"Gracias por manifestarte como la mujer mágica que eres".
miércoles, 25 de diciembre de 2013
Navidad
Te llamo
con la Gracia de tu cuerpo y su memoria futura
encima de mí
hablándome de la arena primigenia
con la que irrumpiste entre mis costados.
Te llamo
con el vaivén de mi ola
una luz de agua y sed
a punto de tormenta.
Afuera y adentro de mí llueve.
Te abrazo
como si fuera la primera vez que conozco
tu nombre
o la lumbre de que estás hecho.
Te abrazo
como si fuera una chiquilla entregándose
al más fuerte de los robles
y le entrega por igual
llanto miedo y curiosidad
su alegría que no morirá
aunque esté por cumplir más de treinta.
Te beso
como una mujer en su sitio
jamás lo podrá escribir
y esta ternura de sed de ti
y esta sed de fuego y latido aquí
como una escalera hacia tu cuerpo y tu alma
extendiéndose.
con la Gracia de tu cuerpo y su memoria futura
encima de mí
hablándome de la arena primigenia
con la que irrumpiste entre mis costados.
Te llamo
con el vaivén de mi ola
una luz de agua y sed
a punto de tormenta.
Afuera y adentro de mí llueve.
Te abrazo
como si fuera la primera vez que conozco
tu nombre
o la lumbre de que estás hecho.
Te abrazo
como si fuera una chiquilla entregándose
al más fuerte de los robles
y le entrega por igual
llanto miedo y curiosidad
su alegría que no morirá
aunque esté por cumplir más de treinta.
Te beso
como una mujer en su sitio
jamás lo podrá escribir
y esta ternura de sed de ti
y esta sed de fuego y latido aquí
como una escalera hacia tu cuerpo y tu alma
extendiéndose.
martes, 24 de diciembre de 2013
This winter blessed by the poem of your hand
this winter dressed by the hour
of your flowers.
This winter swarming with sacred flame,
this winter touching our lips in the pond of desire.
This winter named as your skin
or as the music of your bones.
I've heard about the shining when it happens
but my King, your land is a miracle sung.
lunes, 23 de diciembre de 2013
Afuera hay un golpe de ave polícroma
un canto de colibrí marzero abriendo la verde entraña.
Afuera hay palabras de mujer y su mímesis con mi sangre
afuera, flores todas anunciando la llegada.
Abro las puertas a su real paso.
Señor, este es el primer invierno
que retumba la primavera en mi casa.
Este es el jardín nuevo
en pleno diciembre y por su causa.
un canto de colibrí marzero abriendo la verde entraña.
Afuera hay palabras de mujer y su mímesis con mi sangre
afuera, flores todas anunciando la llegada.
Abro las puertas a su real paso.
Señor, este es el primer invierno
que retumba la primavera en mi casa.
Este es el jardín nuevo
en pleno diciembre y por su causa.
domingo, 22 de diciembre de 2013
Barba de Candado, Niño
Corazón en medio del escenario.
Cabello Afro,
imagínate que a todos los oí
con su discurso de vida en las huellas dactilares
de quien escribe y edita
la sombra y la luz que en mí respiran.
Imagínate que a todos mis puertas abrí
porque, Barba de Candado,
eras el rock sonando desde los huesos.
Imagínate que mi inocencia reclamé, Niño
después de tantas caídas.
Corazón en medio del escenario.
Cabello Afro,
imagínate que a todos los oí
con su discurso de vida en las huellas dactilares
de quien escribe y edita
la sombra y la luz que en mí respiran.
Imagínate que a todos mis puertas abrí
porque, Barba de Candado,
eras el rock sonando desde los huesos.
Imagínate que mi inocencia reclamé, Niño
después de tantas caídas.
Aparécete, encendida, entumecida de domingo.
Ya sé que buscas una señal,
Te desespera mi tremor luminoso
esta pulsión de estrellas en el envés de mi tiempo
Umbra
te debilitas hasta volverte esquina de humo.
Ya sólamente puedo latir.
Óyeme.
Recorre en mí su luz seminal
su risa de Mercurio
eliminando tu ceguera.
sábado, 21 de diciembre de 2013
viernes, 20 de diciembre de 2013
jueves, 19 de diciembre de 2013
Semen
Llueve tu semen como viajan las estrellas nuevas
en renovada Vía Láctea.
Jinete, montado en mí sostienes
la razón pura de los dioses
y tu falo conquista mi seno
apenas un giro de astro entre el fuego divino.
Abierta a tu mundo te entrego mi cuerpo
para que hagas la hoguera.
Húmeda de ti
en blanquecina lumbre renombras mi propia agua.
Espero otra cosa
no espero otra cosa
Un rito jadeante gemido saliva tu disparo de leche salina
Unas piernas adoradas
con tu cabeza de oro negro a punto de estallarme la vida
tu sexo duro escribiéndoles palabras
hasta llegar otra vez a mis labios
donde te succiono, alcalino
almizclados de ti mis cabellos todos.
Viaja tu semen girada tu barca enhiesta
por mi brújula morena:
Su acto de contrición es ya mío
como el primer grito de tus vértebras
la primera vez que desembarcaste.
Me despertó tu rostro/ Algo deben tener tus ojos que me inundan desde el reverso de los míos/ Aquella mañana era la mañana de mi vida/ Nunca el resplandor, nunca la sal en las sábanas, no como aquella sal.
Abrí mi biblia de versos y apareció el buen Éluard/ cantándote, cómplice de mí y de mis pulsiones.
Luego el agua tibia, el perfume cítrico / Este asfalto otra vez.
Abrí mi biblia de versos y apareció el buen Éluard/ cantándote, cómplice de mí y de mis pulsiones.
Luego el agua tibia, el perfume cítrico / Este asfalto otra vez.
miércoles, 18 de diciembre de 2013
De rojo me vistes, alma
cada vez que a mi ser
tu caricia llega.
De transparente agua me bañas, creyente
cuando pronuncias fe
como una catedral de flores.
De violáceo amanecer me cantas, pájaro
cuando abro los ojos
y recuerdo que estás vivo
y me has besado como los reyes
cuando eran buenos.
De blanco mediodía renazco, niño
con el trayecto sereno de tus ojos.
De índigo y púrpura me cubres, hombre
mientras tomas mis muslos
generando el Fuego.
cada vez que a mi ser
tu caricia llega.
De transparente agua me bañas, creyente
cuando pronuncias fe
como una catedral de flores.
De violáceo amanecer me cantas, pájaro
cuando abro los ojos
y recuerdo que estás vivo
y me has besado como los reyes
cuando eran buenos.
De blanco mediodía renazco, niño
con el trayecto sereno de tus ojos.
De índigo y púrpura me cubres, hombre
mientras tomas mis muslos
generando el Fuego.
Bendíceme, Señor, con sabiduría de mujer.
A mí, Señor,
que nunca pude serlo y hoy soy
un mar de olas suyas
cada vez que él pronuncia mi nombre
en éter o en sus labios
en cotidiana vida y agotamiento
en la paz y en la dicha
en el agobio y su ternura.
Bendíceme, Señor.
Y luego el silencio lleno de mí
tiernísimo, anhelante
ardiendo para su vida.
A mí, Señor,
que nunca pude serlo y hoy soy
un mar de olas suyas
cada vez que él pronuncia mi nombre
en éter o en sus labios
en cotidiana vida y agotamiento
en la paz y en la dicha
en el agobio y su ternura.
Bendíceme, Señor.
Y luego el silencio lleno de mí
tiernísimo, anhelante
ardiendo para su vida.
Ven, acércate
reconóceme, mujer
como perdida en la búsqueda,
en el regalo que has hallado.
Ven, acércate
purifícame, hombre
que todos los fantasmas veo
queriendo apartar
el divino fuego
con el que has venido.
Ven, acércate
soy estrella y soy magma y también
una rama de pino
a merced de la vida.
Ven, acércate:
óyeme reír en el latido y su vértigo
óyeme esta Gracia
óyela por favor.
reconóceme, mujer
como perdida en la búsqueda,
en el regalo que has hallado.
Ven, acércate
purifícame, hombre
que todos los fantasmas veo
queriendo apartar
el divino fuego
con el que has venido.
Ven, acércate
soy estrella y soy magma y también
una rama de pino
a merced de la vida.
Ven, acércate:
óyeme reír en el latido y su vértigo
óyeme esta Gracia
óyela por favor.
martes, 17 de diciembre de 2013
lunes, 16 de diciembre de 2013
Mi bendición es tu piel erizada
este nido de poros que hago
para albegar la turgencia de tu dermis.
Mi bendición son tus dedos cantándome
nuevos mapas
victorias tuyas
nuevos países conquistados
con el paso tuyo.
Y un día de nuevo habrás de escribirme, sereno
la oración de mis pechos
y mi herida toda:
tus ojos, niño
tus labios, monarca.
Tu corazón que se parte en mil
como cada hombre que te habita y es mío
cuando me tocas.
este nido de poros que hago
para albegar la turgencia de tu dermis.
Mi bendición son tus dedos cantándome
nuevos mapas
victorias tuyas
nuevos países conquistados
con el paso tuyo.
Y un día de nuevo habrás de escribirme, sereno
la oración de mis pechos
y mi herida toda:
tus ojos, niño
tus labios, monarca.
Tu corazón que se parte en mil
como cada hombre que te habita y es mío
cuando me tocas.
Te das con el néctar
de un rubí creciendo en el paraíso.
Te das como una flor
dispuesta a vestir
la desnudez de tu hombre con tus pétalos.
Te das como un asombro
una aguja de agua clara.
Te das como si a la mañana
otro mundo dentro de su grito.
Te das rompiéndote los juramentos
emancipada en tus labios todos
con la inmensidad de la entrega
abarcándote.
de un rubí creciendo en el paraíso.
Te das como una flor
dispuesta a vestir
la desnudez de tu hombre con tus pétalos.
Te das como un asombro
una aguja de agua clara.
Te das como si a la mañana
otro mundo dentro de su grito.
Te das rompiéndote los juramentos
emancipada en tus labios todos
con la inmensidad de la entrega
abarcándote.
domingo, 15 de diciembre de 2013
Tócame
con los planetas o con tus dedos
en mi piel son lo mismo.
Tócame con tu lengua a punto de poesía
tócame con tu silencio como una flor hirviendo.
Tócame el no tiempo.
Tócame una canción plateada.
Tócame en el borde de mi cama
a través de la persiana
observándote, lunar.
Tócame hasta la mañana
y luego otra vez Venus a las seis
por azar o por destino.
con los planetas o con tus dedos
en mi piel son lo mismo.
Tócame con tu lengua a punto de poesía
tócame con tu silencio como una flor hirviendo.
Tócame el no tiempo.
Tócame una canción plateada.
Tócame en el borde de mi cama
a través de la persiana
observándote, lunar.
Tócame hasta la mañana
y luego otra vez Venus a las seis
por azar o por destino.
A la alza
mi cerro hablando de estrellas
rebajas
gente que festejará que estamos vivos
para contar
que adentro de este otra arteria
están
tres, cinco niños
buscándose entre las ropas de USA.
Actos huérfanos
violencia con cariño.
A la alza
mi cerro hablándonos de amor
hijos/
soldados/
obreros:
quisiera romper esa montaña hasta descubrir otros mares;
quisiera habitar el cielo con sus ojos en flashback
perdonando al mundo.
A la alza
me cubro con sus besos de infante.
Mi cerro escucha un acuerdo:
no hay libertad sin perdón
no hay vida sin amor
no hay perdón sin albedrío.
A la alza
en el cerro
estamos
todos
Déjennos, por dios,
déjennos salir.
mi cerro hablando de estrellas
rebajas
gente que festejará que estamos vivos
para contar
que adentro de este otra arteria
están
tres, cinco niños
buscándose entre las ropas de USA.
Actos huérfanos
violencia con cariño.
A la alza
mi cerro hablándonos de amor
hijos/
soldados/
obreros:
quisiera romper esa montaña hasta descubrir otros mares;
quisiera habitar el cielo con sus ojos en flashback
perdonando al mundo.
A la alza
me cubro con sus besos de infante.
Mi cerro escucha un acuerdo:
no hay libertad sin perdón
no hay vida sin amor
no hay perdón sin albedrío.
A la alza
en el cerro
estamos
todos
Déjennos, por dios,
déjennos salir.
sábado, 14 de diciembre de 2013
Para Owen Wilson
No todos los sábados ocurren milagros, Owen
no siempre se camina con un ser hermoso
ni tampoco se come paz ni mucho menos risa en el postre.
No todos los sábados te recorre un río incandescente
con el simple hecho de oler su rastro.
No todos los sábados se sienten las yemas de alguien
platicándote el mediodía como si siempre hubiera conocido
la temperatura del sol.
No todos los días se abraza un cuerpo único entre desconocidos
haciendo más conocidas
esa otredad de las costillas que tu costilla propia.
No siempre ocurren estos golpes de suerte, oh no, Owen
no siempre se llega con las manos vacías y de pronto la fortuna.
Pero qué puedes saber tú
si eres rubio y demasiado guapo en 2D
y con la nariz chueca.
Qué puede saber un norteamericano actuando
en una película de caballeros ingleses
junto a un chino traducido por un idiota.
Mejor callémonos, Owen.
Tú a tu diálogo grabado
yo a recontarme la alegría...
No me mires así, Owen,
tú no sabes de cierta pureza divina
(yo tampoco, pero me encantó sentirla, venerarla)
a lo mucho coincidimos en el fuego
Y aún así lo dudo:
pocas veces este fuego.
Soy la primera en admitirlo.
Sigue hablando, Owen
te ves lindo así en la TV.
no siempre se camina con un ser hermoso
ni tampoco se come paz ni mucho menos risa en el postre.
No todos los sábados te recorre un río incandescente
con el simple hecho de oler su rastro.
No todos los sábados se sienten las yemas de alguien
platicándote el mediodía como si siempre hubiera conocido
la temperatura del sol.
No todos los días se abraza un cuerpo único entre desconocidos
haciendo más conocidas
esa otredad de las costillas que tu costilla propia.
No siempre ocurren estos golpes de suerte, oh no, Owen
no siempre se llega con las manos vacías y de pronto la fortuna.
Pero qué puedes saber tú
si eres rubio y demasiado guapo en 2D
y con la nariz chueca.
Qué puede saber un norteamericano actuando
en una película de caballeros ingleses
junto a un chino traducido por un idiota.
Mejor callémonos, Owen.
Tú a tu diálogo grabado
yo a recontarme la alegría...
No me mires así, Owen,
tú no sabes de cierta pureza divina
(yo tampoco, pero me encantó sentirla, venerarla)
a lo mucho coincidimos en el fuego
Y aún así lo dudo:
pocas veces este fuego.
Soy la primera en admitirlo.
Sigue hablando, Owen
te ves lindo así en la TV.
A las nueve y treinta lavé tu centenar de mariposas
y nueve veces repetí tu nombre
para clavármelo en la redondez de mis aguas.
Luego callé. Así fue este sábado.
Juré no exigir nada a este hermoso sonido.
A las nueve y treinta recordé tu abrazo
un cansancio lumínico de sexo y de ternura
de lealtad y fortaleza infinitos
contigo puedo ser columna de luz
contigo podría incluso negarme ígnea
pero a la segunda vez de pronunciarte
pudiendo negarte
te nombraría otras siete veces.
Tomé el listón que acarició antes que yo
tu moreno cuello.
Luego me quedé viendo la TV
oliendo el rastro de ti
llorando como adolescente.
Debes aceptar que soy la mujer más leal
procurada del todo y de la nada
que jamás te haya besado
tal y como lo exigen los sabios.
Debo reconocer que a pesar de ello
te extraño
y por eso vine a escribirte.
y nueve veces repetí tu nombre
para clavármelo en la redondez de mis aguas.
Luego callé. Así fue este sábado.
Juré no exigir nada a este hermoso sonido.
A las nueve y treinta recordé tu abrazo
un cansancio lumínico de sexo y de ternura
de lealtad y fortaleza infinitos
contigo puedo ser columna de luz
contigo podría incluso negarme ígnea
pero a la segunda vez de pronunciarte
pudiendo negarte
te nombraría otras siete veces.
Tomé el listón que acarició antes que yo
tu moreno cuello.
Luego me quedé viendo la TV
oliendo el rastro de ti
llorando como adolescente.
Debes aceptar que soy la mujer más leal
procurada del todo y de la nada
que jamás te haya besado
tal y como lo exigen los sabios.
Debo reconocer que a pesar de ello
te extraño
y por eso vine a escribirte.
Al final del día, oh, pero al final del día
no importan los ecos
los surcos los rostros
los trucos
esta herida de cuchara hirviendo sobre mi mano
las palabras magras de la fecundidad
a mis treinta y uno
los autos dando brinquitos de egoísmo
por el asfalto.
Me amo.
Como la de los diecisiete vomitaría tal amor.
Me acaricio.
Como la de los veintitrés habría querido aprender.
Y acaricio las matemáticas de la concordia
su vestido
su ráfaga húmeda como mi herida luminosa.
No tengo una libreta exenta de errores
y por eso me dedico a construir una vitrina
para los próximos ejemplares
soy la mejor novelista
a nadie más se le habría ocurrido engendrar
los claroscuros de mis páginas.
viernes, 13 de diciembre de 2013
Héroe sí
pero también de mis horas
y mi cabello otrora triste.
Soy tu groupie y la mujer que te espera
soy la escribana de tus victorias
por las arterias de mi cuerpo.
Héroe sí
y dentro de mí y conmigo.
Memoria blanca sin final
alegría de las impresoras
al esculpir la efigie
de tu espíritu.
Soy una ciruela a punto de colapso
un caracolito tirado al sol
mientras te resguarda.
Héroe sí
y en viernes trece
y todos los días
desde el primer día
de estas benditas horas.
pero también de mis horas
y mi cabello otrora triste.
Soy tu groupie y la mujer que te espera
soy la escribana de tus victorias
por las arterias de mi cuerpo.
Héroe sí
y dentro de mí y conmigo.
Memoria blanca sin final
alegría de las impresoras
al esculpir la efigie
de tu espíritu.
Soy una ciruela a punto de colapso
un caracolito tirado al sol
mientras te resguarda.
Héroe sí
y en viernes trece
y todos los días
desde el primer día
de estas benditas horas.
jueves, 12 de diciembre de 2013
Voy a tomar tu voz como tronco
a clavarla como una espina
en la medianía de mi mudez entera.
Haré el milagro de la multiplicación
de los alfileres
en cada pliegue de mis negros labios
Tus dientes serán su guardia y su verdugo
la flor perfumando este océano
que moverá por ti sus aguas
al sentido de los relojes
perdiéndolo entre mis piernas.
Voy a clavarme tu llamada
en lo más profundo de mi caverna.
Te dejaré vacío de ti pero con nosotros
con este baile acuífero como de magma
un salto de chapulín o desplegar de paloma
una mariposa que a la vuelta del semen
se vuelva flor carnívora.
Voy a enterrarte las uñas
para dejar claro que tu país
lo descubrí yo y a mi manera
voy a humedecer cada parte de ti
con sólo mover mis ojos
en dirección a tus fieros ojos.
Admiraré en mis manos
el regalo purpúreo
de agua salada y miel
anidado en ti
y en la dialéctica de los árboles.
Arriba y abajo
somos una misma felina diosa
que ruge y te renace
hasta transmutarme en grito
un relámpago que nació
para incrustarse en tu espíritu.
Trazo de planeta incandescente
lumínica nave
por donde vuelan todos los tiempos.
Voy a escribirte este poema
las manos como un río para ti
oliendo la huella de ti
aguardándote.
a clavarla como una espina
en la medianía de mi mudez entera.
Haré el milagro de la multiplicación
de los alfileres
en cada pliegue de mis negros labios
Tus dientes serán su guardia y su verdugo
la flor perfumando este océano
que moverá por ti sus aguas
al sentido de los relojes
perdiéndolo entre mis piernas.
Voy a clavarme tu llamada
en lo más profundo de mi caverna.
Te dejaré vacío de ti pero con nosotros
con este baile acuífero como de magma
un salto de chapulín o desplegar de paloma
una mariposa que a la vuelta del semen
se vuelva flor carnívora.
Voy a enterrarte las uñas
para dejar claro que tu país
lo descubrí yo y a mi manera
voy a humedecer cada parte de ti
con sólo mover mis ojos
en dirección a tus fieros ojos.
Admiraré en mis manos
el regalo purpúreo
de agua salada y miel
anidado en ti
y en la dialéctica de los árboles.
Arriba y abajo
somos una misma felina diosa
que ruge y te renace
hasta transmutarme en grito
un relámpago que nació
para incrustarse en tu espíritu.
Trazo de planeta incandescente
lumínica nave
por donde vuelan todos los tiempos.
Voy a escribirte este poema
las manos como un río para ti
oliendo la huella de ti
aguardándote.
miércoles, 11 de diciembre de 2013
El día,
está tan bello
que no puede mentir:
comemos de su luz nuestro pan de verdad.
-Tomás Segovia, Confesión
Hemos de jugar y danzar
reírnos y extrañarnos.
Astronauta
jamás me preveniste
de la inmensidad de tu galaxia
y yo tampoco atiné a contarte
que soy la dueña
de las estrellas todas
Hemos de no pensarlo y mejor agradecer
siendo honestos, mimetizados
entre calles y horarios
la cuenca de nuestras manos
abiertas a lo que entrega el día
Tu carta o mi canto
Esa rara certeza
de que la física
de nuevo está equivocada.
Esta alegría de extrañarte
y saber que hay una almohada
entre los dos
acariciándose como un vestigio
de lo que en mí
resuena y fluye
tu cuerpo, su peso
ese danzar de hombre y pan
a la hora de despertarse
y de caminar con la luz del día por la plaza
Este orgullo de sentirme
tranquila
de haber alcanzado la paz
con la risa de los dos
en mis oídos
No la alienaría siquiera
por la fe en un nuevo mundo
porque, niño,
este mundo a esta hora sin hora
me parece escandalosamente perfecto.
y saber que hay una almohada
entre los dos
acariciándose como un vestigio
de lo que en mí
resuena y fluye
tu cuerpo, su peso
ese danzar de hombre y pan
a la hora de despertarse
y de caminar con la luz del día por la plaza
Este orgullo de sentirme
tranquila
de haber alcanzado la paz
con la risa de los dos
en mis oídos
No la alienaría siquiera
por la fe en un nuevo mundo
porque, niño,
este mundo a esta hora sin hora
me parece escandalosamente perfecto.
Hey,
no deberías llorar
tu mirada perdida
en la mujer desnuda
retando los minutos frente al espejo
llena de sí y de él
su cuerpo adorado
más allá de lo posible
sus ojos como dos planetas
hechos de electricidad y relámpago
su mano sembrada en el cenit del cielo
el pecho auscultado
tras la curiosidad del estruendo del corazón
el vestido listo para ser serpiente bajo su tierra
su corazón remojado en su magia
los semáforos en rojo hablando contigo
ciñéndote,
mujer
porque creyendo haberlo dado y recibido todo
otra vez, mejor dicho
por primera vez
hay alguien respondiéndote del otro lado
de tu propio paraíso.
Y eso te aterra.
No deberías llorar,
un milagro debe tomarse
con la ternura de los girasoles
antes que desear pelear
aquellos demonios invisibles
rompiendo tus medias.
No deberías llorar,
o mejor dicho
llora todo, niña:
nadie nunca dijo
que latir la vida y agradecer la fuente
fueran pecados capitales.
tu mirada perdida
en la mujer desnuda
retando los minutos frente al espejo
llena de sí y de él
su cuerpo adorado
más allá de lo posible
sus ojos como dos planetas
hechos de electricidad y relámpago
su mano sembrada en el cenit del cielo
el pecho auscultado
tras la curiosidad del estruendo del corazón
el vestido listo para ser serpiente bajo su tierra
su corazón remojado en su magia
los semáforos en rojo hablando contigo
ciñéndote,
mujer
porque creyendo haberlo dado y recibido todo
otra vez, mejor dicho
por primera vez
hay alguien respondiéndote del otro lado
de tu propio paraíso.
Y eso te aterra.
No deberías llorar,
un milagro debe tomarse
con la ternura de los girasoles
antes que desear pelear
aquellos demonios invisibles
rompiendo tus medias.
No deberías llorar,
o mejor dicho
llora todo, niña:
nadie nunca dijo
que latir la vida y agradecer la fuente
fueran pecados capitales.
lunes, 9 de diciembre de 2013
Tu barro
me
duele
por la calle sin espasmos
entre los corredores ataviados
de memorias de ti
girando el reloj de mi cuerpo.
Tu barro me duele
y por eso me unjo de carmín
mi segundos labios,
me clavo a la tierra
para que me entienda
por qué este dolor
clavo
herida habitada
resurrección
enteramente nombrados por ti
cada vez
que atravieso las arterias de esta hambre.
Como una serpiente
nos llegaba la reverberación
de la noche.
Era de fuego y almizcle
y entre sus escamas
habitaban el grito
otro mundo para adorarse
entrelazados
otros brazos de río
para ahogar sus tinieblas
hasta lavarlas.
Como una serpiente
me llegó la hora de Eva
y no quise escindirla
porque, Hombre
ya estabas creándome el fuego.
Escribiré los mares
la playa
los colores
y al silencio mismo
las líneas de tus manos
y mi paso por la misma Vía Láctea
tan pronto termine de componer
un abecedario nuevo
neologismos
para darle un nombre
(o su epíteto)
a la virtud de nuestro cansancio,
este vértigo con el que cae
la piel en desasosiego rumbo al nirvana,
el parpadeo de un semáforo siempre en rojo
alertando de amor
las incompetencias del mundo
la playa
los colores
y al silencio mismo
las líneas de tus manos
y mi paso por la misma Vía Láctea
tan pronto termine de componer
un abecedario nuevo
neologismos
para darle un nombre
(o su epíteto)
a la virtud de nuestro cansancio,
este vértigo con el que cae
la piel en desasosiego rumbo al nirvana,
el parpadeo de un semáforo siempre en rojo
alertando de amor
las incompetencias del mundo
Como luna nueva
mi cuerpo en la medianía del tuyo
sombras dulces
maremotos destruyendo asperezas
eres el viento alusando luceros a la mañana
danzante viento bajo la lluvia de mis latidos
viento guerrero sobre mi vientre
peleando a mi favor.
También eres la fuerza imantada
de la tierra y su reverberación.
Espacio por donde transito
llena de ti y de un amor
tan elemental como el oxígeno.
I
Algo más
latido de Júpiter
estruendo de dioses felices
una marcha profunda bajo la dermis
hormigueo
Estás en mí como un lucero
o quizá tambor redoblando
mi entraña
Abierta está ya la herida
transmutada su esencia
flama
agua
Calor que es algo más
que fenómeno ígneo
corazón
ya te esperaba para renombrar
mi alma.
latido de Júpiter
estruendo de dioses felices
una marcha profunda bajo la dermis
hormigueo
Estás en mí como un lucero
o quizá tambor redoblando
mi entraña
Abierta está ya la herida
transmutada su esencia
flama
agua
Calor que es algo más
que fenómeno ígneo
corazón
ya te esperaba para renombrar
mi alma.
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