viernes, 27 de mayo de 2011

3:00 AM

Voy a cantar una canción
que desgarre las tres de la mañana
en este desierto
nomás para llevarle la contra a la inmanencia
de lo bello que pudiera ya estar muerto;
nomás para llevarle la contra
al inamovible Padre Tiempo;
nomás para contrariar
la perfecta inmutabilidad del cálido viento.

1 comentario:

Javier F. Noya dijo...

El viento puede mutar y el tiempo no existe. Bello poema, sugiere un desempolvar intenciones y en madrugada, hora mágica (aunque el tiempo no existe ni su fracción). Besos.