lunes, 6 de diciembre de 2010

Calle ancha

Una calle ancha se atavía
de gente en el letargo.
Tum-tum
es el latir de mi sitio
la gente que come prójimo
o no tiene vestido,
un azul chocando contra el amarillo
sólo por hoy
o por esta mancha-ciudad.

Duerme, ¿qué sueña
la gente
vestida de ayeres
un recuerdo de cinemas
palomitas o bailes en pensiones
casas de jubilados
o escuelas que fueron hogar?

Ya ni las compras saben a verso en hemistiquio.
Algo se ha ido,
algo nos impacta fuerte,
la voz del ciudadano transformado
en algo así como muñeco de pilas y luces multicolor cuando camina

por la calle ancha
-click, la foto para el pasaporte-
la que se enjuta con la misma gracia
del atardecer que no parió un poema
sino esta reflexión en semiverso.

1 comentario:

Javier F. Noya dijo...

"la gente come prójimo o no tiene vestido", me quedo con esta parte, de este semipoema que nos devuelve al ojo crítico, a la poesía que se compromete con lo que ocurre, un valor agregado a la metáfora, una flema escupida por el aire de Artaud que siempre sopla cuando los ojos se secan de ver lo que la realidad llama inevitable y el corazón lo reconoce disparate. Fuerte es tu poema. Me ha gustado. Besos.