lunes, 13 de diciembre de 2010

Disparidades (I-III)

I

Blanca es la nada
la luz de neón
desplazándose en el óleo de un vientre azulado.

Fuimos inasequibles.
Toma mi ancho brazo
para cruzar el mar del pernoctaje sonámbulo.


II

No hace falta un haikú de medianoche:
el viento sopla gélido
las campanas permanecen inmóviles.
Hay vida detrás del paisaje con la sierra gélida.

Aquí, no.


III

Quiero un andamiaje de besos.
Úrgeme la turgencia encarnada
en los ojos únicos
de la noche única
de mi vida multiplicada en el desencanto.

Las llamadas ocurren.
Las respuestas juegan a la ruleta rusa.

1 comentario:

Javier F. Noya dijo...

Me gustó mucho el final del III. Y en conjunto, hay sensación de periplo inacabado, insomne, un frenesí frustrado, una felicidad fermentándose en esperas vanas. Besos.