miércoles, 29 de diciembre de 2010

Pausa y pauta

Yo tendría memoria
de lo que he hecho.

La escribiría en un pilar de oro y bronce.
Más o menos en este orden:

Mis pecados.
Mis exabruptos.
Los extravíos con los que crucé el mar
de la inquietud poética.
[Poiesis es letra y es creación.
Lo demás es pose y trascendencia histórica].

El hoyo profundo y negro
que fui y en el que nadé
un tercio de este año.

El superyo de una hembra
que está fuera de mis manos:
tanto vuelo se redujo a un pasito
dentro de la escala cósmica...



Qué hastío esculpir efigies narcicistas.

Es mejor el canto a grito abierto
aunque no se sepa muy bien
qué es lo que nos hace cantar
a la del espejo y a mí.

Abro el piano.

Vehemencia, toca esa melodía
que está solamente dentro de mí
y que nunca podré tocar
porque no soy pausa ni pauta.

Luz de todas las lunas,
guárdame otro poco de excentricidad
para recordar el futuro.

1 comentario:

Javier F. Noya dijo...

De lo mejor, salvo por tus pecados...huele a arrepentimiento por haber cometidos tan pocos...Feliz año que viene, que te traiga presente con curso futuro sin contrapeso pretérito, y que te traiga deseo. Así como Séneca le aconsejaba en cada carta a Lucilio: "consérvate bueno"; yo le agrego a ese consejo: "pórtate mal". Besos.