Querido ardor a la distancia:
Yo, tu Eva del desierto,
la que comió tu fruto maduro
y fue absuelta del pecado de la amargura y el olvido,
te escribo para contarte
que cada amanecer
recojo uno de mis cabellos
y me coso los labios
guardando el fuego del instante
encarnado por tu efigie.
Que he sido testigo del fluir de las moléculas del vacío
haciendo música entre mis piernas, mi espalda, mi todo.
Se oye un latido:
dos, veinte
cuatro horas más de la jornada.
Me trago la incandescencia
y el estupor de la galaxia entera
callando tu nombre.
Pero al levantarse el índigo,
los hilos se vuelven una madeja:
la sigue lo más recóndito de mí
para no perderme tu silueta nunca;
en mi oscuridad la reinvento
preservando la fragmentación del rojo
y lo escrito aquella noche.
La paz nunca llega. Hay vidrios de ausencia
que en mi sangre irrumpen.
Abro los ojos muy quedito. Mato las lágrimas
haciéndome un insomnio que lucha conmigo
dándole a mis minutos la muerte.
Querido dolor a la distancia,
yo, tu Eva ingenua,
titila entre horas minadas.
Te escribo a media tarde,
antes de volverme rosa ígnea y solitaria
y después de arrastrar el yugo
del sonido del silencio
redoblado por la imposibilidad y tu ausencia.
Tejo un abrigo para esta pena
con cada línea que a la luz no digo.
Maldigo la suerte de ser tan pequeña
y de llegar siempre cuando no soy implorada.
Querido amor a la distancia,
hilvano mis dedos antes que hilvanar las letras de tu nombre:
estando dispersas ya me clavas hondo
y no he podido ser la misma desde entonces.
No quisiera saber lo que de mí sería
si reuniera las piezas
y las pusiera, una vez más,
en la arena de mi boca.
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1 comentario:
Me vence este pasaje "Te escribo a media tarde,
antes de volverme rosa ígnea y solitaria" Busca en google ROSA IGNEA SAMAEL AUM WEOR y verás porque ese impacto. Saludos de tu amigo Humberto desde Durango, unos dias mas estoy en San Pedro de las Colonias y me comunico contigo haber k plan con tu proyecto de lectura, saludos.
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