sábado, 25 de diciembre de 2010

Puntas

Érase una vez una mujer
tan triste
que sin parar reía.

Quería ser recordada
por la cristalina lluvia
saliendo de su boca.

"La chispa se esparce,
que sean las cenizas
lo que por dentro nos consuma".

Canta en el Blanco, solitaria.

Mira cómo se unen los lazos
en ambas puntas de una misma lengua.

1 comentario:

Javier F. Noya dijo...

Descripción de una mujer que se ha transformado en su propio sarcasmo. Me ha dejado un poco triste. Si es tu intención de expresarlo,te felicito. El texto es suave, fluye, y su contenido es muy pesado, difícil de digerir. La mente prefiere sentirse confundida. Besos.