martes, 25 de octubre de 2011

Sitio

Éste es el sitio
donde se pierden las palabras:
camposanto de objetos sin brillo,
alhajero de piedras que intentan competir
con los días en que deslumbraron otras ideas.
Ésta es la mesa
que está acurrucada en la esquina del sitio
donde se pierden las palabras.
Madera húmeda, piel despintada,
su voz es la estela del tabaco de alguna madrugada
donde la silla roja raída
habla despectivamente
cada amanecer,
justamente cuando el sitio donde se pierden las palabras
nota que algo falta.
Ésta es pues, la quejumbrosa, vieja silla aterciopelada.
acompañante de la mesa de húmeda madera,
que platica tabaco en aquel sitio
donde se pierden las palabras.
Ésta es la complicidad de ambas por años,
convertida en la hoja que es verdugo
y que impela a callar las cosas
para mantener su inmaculada faz.
(Ésta es la carta en la que nunca escribirás
"Feliz cumpleaños, nos veremos nunca
en cualquiera otra vida".),
Éste es el chocolate amargo del pastel que no fue embarrado
en la esquina de la mesa húmeda,
frente a la destartalada cocina.
Éste es el silencio que queda
después de un gran temblor ubicado
al centro del pecho,
que destrozó la preciosa casa utópica
convertida en este sitio
donde se pierden las palabras.

Postadata:
Éste es el momento de cerrar las puertas
al sitio donde se pierden las palabras:
si al silencio le ocurre la nada,
ahora los sabios podrán entender
que un nuevo abismo se abrirá
y aparecerá, lumínico,
otro sitio, listo para albergar una nueva ilusión.

1 comentario:

Javier F. Noya dijo...

Ese silencio es un alarido de desgarro, un sentir munido de los objetos/testigos de esas palabras perdidas. Me encantó. Besos.