No quiero Stabat Mater en mi cama
ni en el escapulario de la madrugada
ni en el rosario de nubes amaneciendo
sin tí.
Quiero que regreses los tiempos
y destruyas estos blancos páramos viejos
donde loca me vuelvo
dialogando con mi hermosura,
buscándola más allá del espejo.
Como cuando era veinte y dulzura
y eras carne prometida,
un alma de papel sólo para mí.
No quiero Stabat Mater ni ir a donde canta ella.
¿Para qué?, si me diste mi propia aria completa:
yo canto día y noche la canción del desasosiego,
en un lago de la nada me detengo a ver mi reflejo
y hago tretas con el tiempo
para ver si puedo salir más pronto de aquí,
A un lugar donde tú nunca hayas existido
a una parte donde yo jamás te haya conocido
a un mundo donde, insensible,
jamás haya pronunciado AMOR
porque tal pareciera que ofendí al universo.
No quiero Stabat Mater en mi correo
ni en mi pared lila
ni en mi auto
ni en las cosas absurdas que veo.
Quiero un vuelo sin regreso y sin paracaídas.
Exijo mi infancia dolorida
exijo mi útero aprehensivo
exijo un destino donde pueda respirar
porque no pude hacerlo contigo
y no puedo hacerlo sin tí.
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