martes, 23 de abril de 2013

Tiempos

Los tiempos divinos son perfectos
por eso me trajo un veinticuatro tu aroma
y dos meses después
ya tengo en mi haber cuatro besos.

Dicen que no se les escapa nada
y es cierto:
contigo aprender a bailar los labios y los cuerpos
es igual que descubrir el edén de a poco.

Los tiempos de Dios me han enseñado
a contar tus cabellos cada noche,
besarlos uno a uno
hasta quedarme ahíta de ternura.

Cronos puede estar orgulloso de nostros:
observamos el ritual de los días
y no reclamamos.

Cada minuto es oro.
Lo aprendimos
de la concepción divina del tiempo
en nuestras manos. 

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