miércoles, 10 de abril de 2013

Didascalia (justicia)

Un himno lejano
Baghavad Gita y otros salmos
invadiendo con su sándalo 
al alma:

Hermano, tengo sed de mí
de platicarte un día cualquiera
la cantidad de vino con la que nací
y este reino no ha respetado. 

Hermano, tengo ganas de creer en mí
en que soy capaz de tocar mi alma
al oír tu risa o tu llanto
de quebrar mi espada en tu cena de azúcar y pan
pintar la línea roja alrededor de los verdaderos culpables
y luego perdonarlos. 

No hay justicia sin ley
es cierto. 
Pero tampoco la hay existiéndola:
espejo y ficción no, alma
tradición dolida tampoco: amor. 
Origen, capacidad de entender
el lugar inamovible de las estrellas. 

Hermano, tengo ganas de recitar dentro de ti
que extraño las puntas del todo 
pero más la canción de su equilibrio. 


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