sábado, 27 de abril de 2013

A un bactriano

Cuando Zoroastro y el agua fecunda
y su prístino aliento vital
tienen nostalgia de ti

San Agustín intercede con sus tres presentes
y eres niño mojándote la cara
la línea materna vaporizada en guisos
tus pistas para conocer al mundo
matemáticas para más tarde:
el instante es un gol
y las calles anchas de sol
-como tú-
entregan la dosis perfecta para la paz.

Cuando Bactria clama en avéstico por su hijo
más amado
prestado en agreste tierra
librando guerras con la música

hacen llegar a ti la lluvia.

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