martes, 11 de febrero de 2014

Qué puedo saber yo
sobre los tigres de Borges,

Cómo nacieron
la analogía rara de los semióticos
con el sexo.

Al norte de todo
incluso de mí misma
hay un techo para ciegos
como Borges, como los que amamos
-libros, países
canciones, collares
tu corazón.

Es el techo donde antes de dormir
los que amamos
buscamos un signo en la veta
para dar gracias por la Gracia.

Si está, lo miramos y le hacemos un poema
los ojos inundados de actos reflejo
impulsos de cohetes sin capitán.

Si no está, lo imprimimos con nuevas miradas
que quizá serán neologismos
o poemas conceptuales
o no.

O simplemente se volverán un ¡Cómo lo quiero!
¡Sabiduría, ámame y seré suya!

O tal vez mi dermis soñándote en silencio.

Qué puedo yo saber de Borges y sus tigres
su aflicción por la cópula

si es la cópula entre nosotros
-grito, semen, fluido
libro abierto, espacio escrito para por tu carne
camino y yerbita
nube nueve y alegría de Sol-
el principio de un abecedario que incluye
los sellos de Salomón
el primer hogar del Aleph.

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