martes, 11 de febrero de 2014

El amor tambíén es
brincar por segunda vez
en la oscuridad de la calle
a espaldas del gimnasio
alumbrada por tu fulgor
ante las grandes noticias.

Que tu espíritu progrese
hasta tocar los dedos de Zeus.
Que tu pluma se vuelva grande
entre los grandes.
Que la fe y el amor de tus escritos
resuenen en los muros de este siglo.
Que tu voz sea escuchada en el mundo
porque tienes para decir cosas importantes.
Eres grande
lo que llega a ti es retroactivo y promesa
de una bonanza sin fin.

El amor es saludar a dios
con un grito abierto:
esta noche sonríes, Astronauta
y yo soy la mujer más feliz del mundo.

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