domingo, 16 de febrero de 2014

Porque aúllo de hambre de ti,
de tu corazón tierno 
a las dos de la mañana,
te mando a dormir 
cuando lo que quiero es dormir contigo
estar debajo de ti
o regresarme a tu costilla original 
para respirarte. 

Traigo esta noche, a esta hora
un inabarcable coraje de ausencia de ti
y por eso es que me levanto 
a escribirte esta nota. 

Once diez:
cuando no soy ley ni filosofía
recuerdo que tiemblo de amor
y mi flaqueza eres tú 
a la hora de la noche
porque tu mano en mi cadera 
está ausente. 

No hay comentarios: