sábado, 26 de noviembre de 2011

A mi padre

(por quien todo lo muevo
y desde la otra piel del universo
lo escucho entenderme,
dedico esta semana
saturada en paracetamol).




Tuya es la inercia de mis botas imparables,
tuyo este sueño de transcribir el mundo,
esta suerte de no encajar entre los tristes.

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