viernes, 4 de noviembre de 2011

Bancarrota

No tienes estrella.
Dices que no tienes estrella.
Yo pagaré el himno de tu alma
con los restos de las cosas buenas
que andan por ahí,
riéndose a mis costillas.

No tienes nombre para tu estrella.
Dices que tu estrella no tiene nombre.
Bautízala con la primera vuelta
de la huella de tu dedo índice
mojado en saliva un día de canícula.
Volverás a sentir la rabia de los tiempos
el alivio de las lunas,
la sensualidad de la tierra quebrándose
bajo tus pies.

Dices que no tienes estrella
yo la robaré,
yo te la daré.

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