domingo, 13 de noviembre de 2011

Domingo 15:45

Con un aplauso te despidieron, niña,
era el proscenio sacro
donde se iluminó tu cara.
El mismo donde yo no hablara
y aún así recibiera
el agua que me hizo pertenecer
a una religión que pareciera no entenderte.

(Violeta abnegada,
ruega por nosotros,
Dulce princesa,
abandónanos a nosotros
Madre de todas las sonrisas,
olvídate que fuiste de aquí).

Para Jaquelin.

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