viernes, 2 de agosto de 2013

Incansable

Hermano, jamás dejes de soñar
aunque al escribirte yo haya perdido
el don de dormir la danza de la esperanza.

Pionero, en tus ojos puedo ver
la metrópoli de mi juventud
olvidada bajo el grafito sucio del tiempo.

Tu lucha es una montaña de bondades
su cima está coronada por tu tiempo futuro
edificando la verdad sobre lo que era sinuoso.

Hermano, jamás dejes de crear y creer
aunque la gente hostigue tu benevolencia.
Hermano, la gloria te pertenece
porque de luz escribiste en mi hoja
al final de la jugada.

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