miércoles, 25 de enero de 2012

Caricias

Yo envidio las caricias
de los padres que aún están vivos.
Las limonadas, las camisetas
los libros usados que regalan
cariñosos.

Yo retendría entre mis manos
los consejos desechados
por las tontas afortunadas.

Yo comienzo a observar
cómo se me va borrando tu cara.
El tono de tu voz
el olor natural de tu cuerpo cansado.

Yo busco tu calculadora y tus periódicos.
Me instalo tu reflujo y tu sarcasmo
para recordar que fui tu hija.

Yo me pregunto cómo será
volver a verte.
Estoy arrugada, tú sigues teniendo
cincuenta y tres.

Yo me doy cuenta que hablo sola
porque de tu nombre
ni tus cenizas pude besar al final.

1 comentario:

Javier F. Noya dijo...

Una belleza. Aun cuando no queden ni cenizas. Besos.