domingo, 21 de julio de 2013

Domingo,

a latido converso me sabe tu ventana
como espejo rubio resurges
entre las cenizas.

Domingo, de azucenas y girasoles
podría tejerte una alabanza
y es que sí
otra vez los ojos abiertos
la mantequilla sobre los panes
la película simple
ecos de un perfume comprado
en el mercado negro
libretas para llenarlas de sueños
un esqueleto de libélula a punto de poemario.

No tengo amigos ni amores fácticos
este día
no hay otredad para compartirle tu esplendor

pero hay ángeles que me dicen
que tengo todo cuanto debo tener

y por eso te doy gracias.

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